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[Rafael Alberti]

Al gran oso rubio de Hungría
México: el indio
Uno

 

Al gran oso rubio de Hungría

Ni el mar,
Que frente a ti saltaba sin poder defenderte.
Ni la lluvia, ni el viento, que era el que más rugía.
Ni el mar, ni el viento, Platko,
Rubio Platko de sangre,
Guardameta en polvo,
Pararrayos.
No, nadie, nadie, nadie,
Camisetas azules y blancas, sobre el aire.
camisetas reales,
contrarias, contra ti, volando y arrastrándote.
Platko, Platko lejano,
Rubio Platko tronchado,
Tigre ardiente en la hierba de otro país,
¡ Tú, llave, Platko, tú llave rota,
llave áurea caída ante el pórtico áureo!
No, nadie, nadie, nadie,
Nadie se olvida, Platko
Volvió su espalda el cielo.
Camisetas azules y granas flamearon,
apagadas, sin viento
El mar, vueltos los ojos,
se tumbó y nada dijo.
Sangrando en los ojales,
sangrando por ti, Platko,
por tu sangre de Hungría,
sin tu sangre, tu impulso, tu parada, tu salto
temieron las insignias.
No, nadie, Platko, nadie,
nadie se olvida.
Fue la vuelta del mar
Fueron diez rápidas banderas
incendiadas sin freno.
Fue la vuelta del viento.
La vuelta al corazón de la esperanza
Fue tu vuelta.
Azul heroico y grana
mando el aire en las venas
Alas, alas celestes y blancas,
rotas alas, combatidas, sin
plumas, encalaron la hierba.
Y el aire tuvo piernas,
tronco, brazos, cabeza.
!Y todo por ti Platko,
rubio Platko de Hungría!
Y en tu honor, por tu vuelta,
porque volviste el pulso perdido a la pelea,
en el arco contrario al viento abrió una brecha.
Nadie, nadie, se olvida.
El cielo, el mar, la lluvia lo recuerdan.
Las insignias.
Las doradas insignias, flores de los ojales,
cerradas, por ti abiertas.
No nadie, nadie, nadie,
nadie se olvida, Platko.
Ni el final: tu salida,
oso rubio de sangre,
desmayada bandera en hombros por el campo.
!Oh Platko, Platko, Platko
tú tan lejos de Hungría!
¿Que mar hubiera sido capaz de no llorarte?
Nadie, nadie se olvida,
no nadie, nadie, nadie.

Δ

México

(El Indio)

1

  Todavía más fino, aún más fino,
más fino, casi desvaneciéndose de pura transparencia,
de pura delgadez como el aire del Valle.
  Es como el aire.
  De pronto, suena a hojas,
suena a seco silencio, a terrible protesta de árboles,
de ramas que prevén los aguaceros.
  Es como los aguaceros.
  Se apaga como ojo de lagarto que sueña,
garra dulce de tigre que se volviera hoja,
lumbre débil de fósforo al abrirse una puerta.
  Es como lumbre.
  Lava antigua volcánica rodando,
color de hoyo con ramas que se queman,
tierra impasible al temblor de la tierra.
  Es como tierra.

2

  Como tierra de cactus y magueyes,
de órganos que edifican verdes templos
con bóvedas de aire, con techumbres
limpísimas de aire, sol y agua.
  Los caminos se cansan, se desploman
de tanta hundida huella de guarache.
Kilómetros y leguas, derrotados,
abandonan las largas lejanías.
  Se sabe, se comprueba que no eres
esa curva monótona y sin músculo
que por los anchos muros oficiales
cierto pintor ofrece a los turistas.
  Contra el gringo que compra en tu retrato
tu parada belleza ya en escombros,
prepara tu fusil. No te resignes
a ser postal de un álbum sin objeto.
  Que no eres sólo el tema de una estrofa,
ni el color complemento del paisaje,
ni ese perro furioso que se tumba,
dócil, después de herir, al pie del amo.
  Eres México antiguo, horror de cumbres
que se asombran batidas por pirámides,
trueno oscuro de selvas observadas
por cien mil ojos lentos de serpientes.
  Contra los gachupines que alambican
residuos coloniales por sus venas,
prepara tu fusil. Tú eres el indio
poblador de la sangre del criollo.
  Si él y tú sois ya México, ninguno
duerma, trabaje, llore y se despierte
sin saber que una mano los ahoga,
dividiendo su tierra en dos mitades.

Δ

uno
 

Todavía más fino, más fino,

casi desvaneciéndose de pura transparencia,

de pura delgadez como el aire del Valle.
 

Es como el aire.
 

De pronto, suena a hojas,

suena a seco silencio, a terrible protesta de árboles,

de ramas que prevén los aguaceros.
 

Es como los aguaceros.
 

Se apaga como ojo de lagarto que sueña,

garra dulce de tigre que se volviera hoja,

lumbre débil de fósforo al abrirse una puerta.
 

Es como lumbre.
 

Lava antigua volcánica rodando,

color de hoyo con ramas que se queman,

tierra impasible al temblor de la tierra.
 

Es como tierra.

Δ

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