¿Por qué los tigres tienen tanto miedo?

Entonces comprendí que él era un niño

y que el don que poseo de él provenía.

Umberto Saba

 

¿Cuándo nos sentaremos otra vez

para despabilar juntos

las velas en la ventana,

Y charlar acerca de la lluvia

En las colinas de Pa?

Li Shang-Yin

 

 

Una hermosa mañana de invierno

mi padre y yo

nos escapamos de casa.

A lo lejos mi madre sacudía los brazos.

La bicicleta es roja y luce

como una estrella.

Mi padre respira profundo y comienza a soplar.

El barco tembloroso inicia su vuelo

las olas y la lluvia golpean su frente

y en el fondo del mar

se dibujan esquinas movedizas y cientos

cientos de árboles sin nombre.

 

***

 

A veces despierto y soy una hoja

encerrada en la copa de un árbol.

Allí el tiempo se pierde

entre la monotonía del cielo

entre parejas que

con sus besos forman caracoles

o borrachos haciendo de los árboles

sus casas.

 

De pronto, la tarde me concede un deseo

el viento con furia me libera

y comienzo a chapotear

alrededor de un lago de aguas tranquilas.

 

***

 

Miro la jaula embobado. Imito

los movimientos y la voz del animal.

Desde su figura gallarda y sus ojos

achinados, me mira

¿por qué los tigres tienen tanto miedo?.

Un látigo golpea su cuerpo dorado y

del dolor me estremezco.

Dentro de la jaula el tigre

corre enfurecido

queriendo alcanzar las puertas del circo.

 

***

 

Cada tanto, caigo en las profundidades de un estanque.

Allí, mi voz no grita

como una tormenta

ni queda tartamuda al borde de los labios.

Cuando escribo un poema mi voz

está en calma.

 

***

 

Camino con el cuerpo encorvado

a lo largo de las galerías

del castillo. Sus paredes caen

y luz (lo que se dice luz) no hay. Las ventanas

pobladas de aves negras

enmudecen de golpe. Mi mano arrastra

la armadura de guerra. Y la sangre

recorre mis huesos con furia

como un río desbordado a las puertas

de la habitación.

 

***

 

Llegaste al borde del abismo,

y como un actor sin voz

ni personaje, te detuviste.

¿Cuántas palabras hay en el cuerpo

de un niño

que se desvanece en la mirada de un hombre?

 

Aquellos dos jugando a la pelota

a orillas del mar

se pierden con el ir y venir de las olas.

 

¿Cómo será mi voz

cuando termine el día?

 

***

 

Aquella noche, con el rostro

cansado, él me dijo:

Todos mis poemas surgen

de largas estaciones de silencio.

Luego, una o dos

palabras se humedecen

y caen

sobre extensos campos de girasoles.

 

A veces, desde la ciudad

llega una música seductora.

Las jóvenes se acercan

con sus vestidos floreados

y amontonan sobre los canastos

los frutos hasta el anochecer.

Entonces, mi cuerpo vuelve a descansar.

 

***

 

Recostado en el centro del campo

no quiso hablar. El sol lo cubría. Pero

al anochecer, misteriosamente su boca

volvió a transformarse en un volcán.

Como de una galera

cientos de pájaros volaron

hacia el cielo nocturno.

                                                                                   [Pablo Croci]

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