De divisione naturae

Para Juan Escoto Erígena

la supra esencia de Dios se manifiesta en nosotros:

hombres, cervatillos,

cortesanas: adivinanza de su caudal en la luna.

Somos teofanía materializada por el pecado original.

Antes de la tentación

lo existente era limpio y puro espíritu.

Ángeles, diría Rilke, peso completo de lo terrible.

El humano es mediación, arcilla trenzada en luz divina.

Es el pecado el que nos crea,

y arma en un giro el ardor zoológico.

Hermoso devenir de una tentación, sembrar soplos de fuego.

Así hacernos acreedores de un latido,

participar del viento frío sobre la flor,

del aroma penetrante de los cuerpos, fricción de la noche.

La materia es contrarreflejo del ángel.

Morder la manzana, antes de que caiga, nos orilla al arte.

[Daniel Bencomo, (San Luis de Potosí, México, 1980), De maitines a vísperas, Ediciones sin nombre, 2008]