Scene VIII
Can we make wounds beautiful?
The tiger at the window smiles.
More fearful even than its breath
Are the hearts pounding and the clocks that tick.
If one could paralyze the strong and bleed the sick
Before the idiotic day of death!
The severed telephones, blood on the dials,
Give us no gauge to measure our disease.
The tiger looks as skin is pulled from flesh:
Wheels stopped in the lightning of decay.
Night continues, but the footprints stay.
Wind on their trail, the odor coming fresh.
The final rain kills the remaining trees.
-1940-
Δ
[Escena
VIII]
¿Podemos embellecer las heridas?
El tigre sonríe desde la ventana.
Más temeroso aún que su aliento
Son los corazones palpitando y los relojes haciendo tic-tac.
¡Si uno pudiera detener al fuerte y desangrar al malvado
antes del estúpido día final!
Los teléfonos están arrancados y hay sangre sobre el teclado.
No es necesario que me ofrezcas un aparato para calibrar el
grado de nuestra enfermedad.
El tigre observa mientras la piel se desprende de la carne:
Las ruedas se detuvieron en el relámpago de la destrucción.
La noche avanza pero las huellas permanecen.
El viento sigue su rastro, el olor viene fresco.
La lluvia final arrasa los árboles de cuajo.
-1940-
[Poemas 1926-1977, traducció d'Antonio Merino y Miguel Arisa. Visor.
Madrid 1995]
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