Llora Guadis
Caen lágrimas de los ojos de mi hermana
A veces resulto tan salvaje,
es que no estoy domesticada...
El tío no habla
sumido en los dulces algodones del valium.
La tía se asusta
cuenta anécdotas de nuestro padre muerto.
Yo sirvo gaseosas de colores
hago chistes para disimular
lo imposible que me pongo a veces
Guadis,
tranquila como un conejo,
con el espíritu de un tigre paseando
por su pecho,
ya no llora.
De la cena, sobre la mesa quedaron
diminutas estrellas sobre el mantel
y la fuerza de un mar en tempestad
retornando a un cuerpo ahora en calma.
Yo me he endurecido:
conservar la alegría tal vez sea mi mayor logro.

 

                                                                          [Griselda García, El arte de caer]

| entrada | Llibre del Tigre | sèrieAlfa | varia | Berliner Mauer |