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     Tigre, tigre: 
    El poeta está sobre las ramas. 
    Allí lo veo como un ángel cotidiano. 
    El poeta vive sobre esas ramas verdes 
    o está tratando de vivir como quien pone 
    el pie en la tierra y el otro en lo infinito. 
     
    La eternidad, el tiempo todo, eres tú: tigre, tigre. 
    Dios mismo está en las rayas de tu traje. 
    Eres fiero como un ángel defendiéndose en el mundo. 
     
    El poeta no desciende sino para quedar dormido. 
    Y cuando duerme, 
    salta el tigre. 
     
    Hay un tigre en las ramas. 
    Hay un tigre sobre el árbol. 
    Hay un poeta dispuesto a saltar 
    hacia la presa, 
    el abismo, 
    la poesía, 
    el  
    infinito. 
     [Virgilio 
    López Lemus,  Beatus Ille, Cuadernos de 
    poemas, Colección Separatas, Madrid, 2003. Prólogo: Juana Rosa Pita]  | 
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