a
| entrada | Llibre del Tigre | sèrieAlfa | varia | Berliner Mauer |

 

 

[William Blake]

A poison tree
[Un albero avvelenato]

Night 
[La nit]

[La noche]

[Nuit]

[Nuit]

[Nuit]



Proverbs of hell 
[Proverbios del infierno]

[Proverbios del infierno]
[Provérbios do Inferno]

[Provérbios do Inferno]

 

A memorable fancy

[Visión memorable]

[Uma Visão Memorável]

The little girl found 
[La noieta trobada]

[La niñita encontrada]

The little girl lost 
[La noieta perduda]

The Tyger 
[El tigre]
[El tigre]

[El tigre]

[El tigre]

[El tigre]

[El tigre]

[El tigre]
[Tigrea]
[Le tigr
e]
[O tygre]

[O Tygre]

[Tygre]
[O tigre]

[O tigre]

[O tigre]

[O tigre]

[O tigre]
[O tigre]

[O tigre]

[O tigre]

[O tigre]

[O tigre]

[O tigre]

[O tigre]

[O tigre]

[O tigre]

[O tigre]

[O tigre]
[La tigro]
[La tigre]

[Jerusalem. Del capítol IV]

 

The Tyger

 

Tyger! Tyger! burning bright
In the forests of the nigth,
What immortal hand or eye,
Could frame thy fearful symmetry?

In waht distant deeps or skies,
Burnt the fire of thine eyes?
On what wings dare he aspire?
What the hand, dare sieze the fire?

And what shoulder,
and what art,
Could twist thy heart began to beat,
What dread hand?
and what dread feet?

What the hammer? waht the chain,
In waht furnace was thy brain?
What the anvil? waht dread grasp,

Dare ist deadly terrors clasp?

When the stars threw down their spears
And water'd heaven with their tears:
Did he smile his work to see?
Did he who made the Lamb make thee?

Tyger Tyger burning bright,
In te forests of the night,
What immortal hand or eye,
Dare frame thy fearful symmetry?

 

[Songs of experience]

 

 

Δ

 

 

El tigre  

 

Tigre! Tigre! Foc brunyit
En les selves de la nit, 
¿Quin immortal ull o mà 
Tan bell i fer t'emmarcà? 


¿En quins cels o mars distants 
El foc dels teus ulls cremava? 
A tals ales Ell pujà? 
Prendre el foc la mà gosava? 


¿Quina espatlla o art podia 
Del teu cor tendons torçar? 
Quan el cor bategaria, 
Quin temible peu i mà! 


Quina cadena i martell? 
De quin forn surt el cervell? 
Quina enclusa? ¿Quina garra 
Por mortal cenyir gosava? 


Quan estels deixant les llances 
Mullaven el cel amb llàgrimes, 
A l'obra seva Ell somreia?
Qui et forjà, va fer l'Ovella? 


Tigre! Tigre! Foc brunyit 
En les selves de la nit, 
¿Quin immortal ull o mà 
Emmarcar-te fer gosà?
 

[Versió de Toni Turull]

 

 

Δ

 

 

El tigre 

 

Tigre, tigre que relumbras 
en las forestas sombrías, 
¿qué mano u ojo inmortal 
hizo tu cruel simetría? 


¿En qué simas o en qué cielos 
ardió el fuego de tus ojos? 
¿Con qué alas emprende el vuelo? 
¿Qué mano cogerlo osa? 


¿Y qué hombro rudo, qué

maña, forjaron tu corazón? 
¿Qué terribles pies y manos 
cuando el corazón latió?

¿Qué martillo, qué cadena? 
¿Por qué formidable puño 
fue forjado tu cerebro? 
¿En qué hornalla? ¿En qué yunque? 

El astro lanzó sus dardos 
llorando en el alto cielo... 
¿Entonces sonrió a su obra 
el Dios que hizo al Cordero? 

Tigre, tigre que relumbras 
en las forestas sombrías, 
¿qué mano u ojo inmortal 

hizo tu cruel simetría? 

 

[Versió d'Agustí Bartra]

 

 

Δ

 

 

El tigre

 

¡Tigre! ¡Tigre!, ardiente brillo

En las selvas de la noche,

¿Qué mano inmortal u ojo

Forjó tu pavorosa simetría?

 

¿En qué distantes simas, en qué cielos

El fuego de tus ojos se encendió?

¿Qué alas para su vuelo osó cobrar?

¿Cómo la mano osó ceñir tal fuego?

 

¿Con qué hombros y qué arte,

Trenzó las nervaduras de tu corazón?

¿Y cuando él mismo comenzó a latir,

Qué mano atroz y qué terrible pie?

 

¿Con cuál cadena y qué martillo?

¿En qué horno se fraguó tu cerebro?

¿Cuál fue el yunque, cuáles garras tremendas

Osaron sus mortales terrores apresar?

 

Al arrojar sus lanzas las estrellas

y empapar con sus lágrimas el cielo,

¿Sonrió Él, al contemplar su obra?

¿Hizo al cordero el que te hizo a ti?

 

¡Tigre! ¡Tigre!, ardiente brillo

En las selvas de la noche,

¿Qué mano inmortal u ojo

Forjó tu pavorosa simetría?

 

[Traducción d'Eduardo Lizalde]

 

 

Δ

 

 

El Tigre.....

 

¡Tigre! ¡Tigre! luz llameante

En los bosques de la noche,

¿Qué ojo o mano inmortal

Pudo idear tu terrible simetría?

 

¿En qué distantes abismos, en qué cielos,

Ardió el fuego de tus ojos?

¿Con qué alas osó elevarse? ¿Y qué mano

Osó tomar ese fuego?

 

¿Y qué hombro y que arte,

Torció fibras de tu pecho?

Y al comenzar a latir tu corazón

¿Qué mano terrible o pie?

 

¿Qué martillo, qué cadena?

¿Qué horno forjó tu seso?

¿Qué yunque? ¿Qué osado puño

Ciño su terror mortal?

 

Cuando los astros lanzaron sus venablos,

Y cubrieron sus lágrimas los cielos,

¿Sonrió al contemplar su obra?

¿Quién te creó, creó el Cordero?

 

¡Tigre! ¡Tigre! luz llameante

En los bosques de la noche,

¿Qué ojo o mano inmortal

Osó idear tu terrible simetría?

 

[Taducción de  Enrique Caracciolo Trejo, en BLAKE, William. Antologia Bilingüe. Madrid, 1987]

 

 

Δ

 

 

El tigre

¡Tigre! ¡Tigre! Ardiente resplandor
en las selvas de la noche;
¿qué inmortal mano o qué ojo
pudo enmarcar tu temida simetría?


¿En qué lejanos abismos o en qué cielos
ardía el fuego de tus ojos?
¿A qué alas osaba aspirar,
qué mano osó coger el fuego?


¿Y qué hombros, y qué arte
pudieron retorcer los nervios de tu corazón?
Y cuando tu corazón comenzó a latir,
¿qué temible mano?, ¿y qué temidos pies?


¿Cuál fue el martillo?, ¿cuál la cadena?
¿En qué fragua cayó tu cerebro?
¿Cuál fue el yunque? ¿Qué temible abrazo
osó sujetar sus terrores mortales?


Cuando las estrellas arrojaron sus lanzas,
y regaron el cielo con sus lágrimas,
¿acaso sonrió al ver su obra?
¿Acaso quien creó el Cordero te creó a ti?


¡Tigre! ¡Tigre! Ardiente resplandor
en las selvas de la noche;
¿qué inmortal mano o qué ojo
pudo enmarcar tu temida simetría?

[Canciones de inocencia y de experiencia,(traducción de José Luis Caramés y Santiago González Corugedo)]

 

 

Δ

 

 

El tigre

Tigre, tigre, que te enciendes en luz
por los bosques de la noche
¿qué mano inmortal, qué ojo
pudo idear tu terrible simetría?

¿En qué profundidades distantes,
en qué cielos ardió el fuego de tus ojos?
¿Con qué alas osó elevarse?
¿Qué mano osó tomar ese fuego?

¿Y qué hombro, y qué arte
pudo tejer la nervadura de tu corazón?
Y al comenzar los latidos de tu corazón,
¿qué mano terrible? ¿Qué terribles pies?

¿Qué martillo? ¿Qué cadena?
¿En qué horno se templó tu cerebro?
¿En qué yunque?
¿Qué tremendas garras osaron
sus mortales terrores dominar?

Cuando las estrellas arrojaron sus lanzas
y bañaron los cielos con sus lágrimas
¿sonrió al ver su obra?
¿Quien hizo al cordero fue quien te hizo?

Tigre, tigre, que te enciendes en luz,
por los bosques de la noche
¿qué mano inmortal, qué ojo
osó idear tu terrible simetría?

 

[Versión de Antonio Restrepo]

 

 

Δ

 

 

El tigre

 

Tigre! ¡Tigre! ardiendo brillante
En los bosques de la noche,
¿Qué ojo o mano inmortal
Pudo idear tu terrible simetría?


¿En qué abismos o cielos lejanos
Ardió el fuego de tus ojos?
¿Con qué alas osó elevarse?
¿Y qué mano osó ese fuego sujetar?

 

¿Y que hombro y qué arte
Torció las fibras de tu pecho?
Y al comenzar tu corazón a latir,
¿Qué mano terrible o pie terrible?


¿Qué martillo? ¿Qué cadena?
¿En cuál horno tu cerebro?
¿Qué yunque? ¿Qué puño terrible
osó ceñir su terror letal?

 

Cuando los astros arrojaron sus lanzas
Y humedecieron sus lágrimas el cielo,
¿Sonrió al contemplar su obra?
¿Aquel que creó al Cordero, te creó a ti?


Tigre! ¡Tigre! ardiendo brillante
En los bosques de la noche,
¿Qué ojo o mano inmortal
Pudo idear tu terrible simetría?

 

 

Δ

 

 

Tigrea

 

Tigre! Tigre! su izarnatsua 
Gauaren oihanetan, 
Zein esku edo begi hilezinek 
Marratu ahal izan zuen zure simetria beldurgarria? 

 

Zein urruneko leizetzar edo zerutan
Izeki zen zure begietako sua? 
Zein hegoz ausartu zen garatzen? 
Zein esku ausartu zen sua ebatzen? 

 

Eta zein lepok,  eta zein artek, 
Okertu ahal izan zituen zure bihotzeko zuntzak? 
Eta zure bihotza taupadaka hasi zenean 
Zein esku lazgarri? 
eta zein oin lazgarri? 

 

Zein mailu? zein katea? 
Zein labetan zeuden zure garaunak? 
Zein ingude? Zein ukabil lazgarri? 
Ausartu zen terrore hilkorrak besarkatzen? 

 

zarrek heuren geziak beherantza jaurtiki zituztenean, 
Eta zerua heuren malkoez busti 
Barrerik egin zuen bere lana ikustean? 
Bildotsa egin zuen harek egin zaitu?

 

Tigre! Tigre! su izarniatsua 
Gauaren oihanetan, 
Zein esku edo begi hilezinek 
Ausartu zen zure simetria beldurgarria marratzen?

 

 

Δ

 

 

Le Tigre  

 

Tigre! Tigre! brûlant comme un soleil 
Dans les forêts de la nuit. 
Quelle main immortelle ou quel oeil 
A pu dessine ton épouvantable symétrie? 

 

Dans quels lintains abîmes ou cieux 
rûlant le feu de tes yeux? 
Sur quelles ailes osa-t-il s'élever?
Quelle main osa saisir ce brasier? 

 

Et quelle épaule, et quelle ardeur 
Put tresser les tendons de ton coeur? 
Et quand ton coeur se mit à cogner, 
Quelle effroyable main? Et quelles terribles pieds? 

 

Quel manteau, et quelle chaine? 
Dans quelle fournaise était ton cerveau? 
Quelle enclume, quelle poigne souveraine 
Osa étreindre ses mortels fléaux? 

 

Quand les étoiles déposèrent leur armes 
Et arrsèrent le ciel avec leur larmes 
A-t-il souri en contemplant son oeuvre? 
Es-tu, de celui qui fit l'agneau le chef-d'oeuvre. 

 

Tigre! Tigre! brûlant comme un soleil 
Dans les fôrets de la nuit, 
Quelle main immortelle ou quell oeil 
Osa dessiner ton épouvantable symétrie?
 

[Traduction d’Eric Martin]

 

 

Δ

 

 

O Tygre

 

O Tygre Tygre! Brilho, brasa 
que a furna noturna abrasa, 
que olho ou mão armaria 
tua feroz symmetria? 

 

Em que céu se foi forjar 
ofogo do teu olhar? 
em que asas veio a chamma? 
que mão colheu esta flamma?

 

Que força fez retorcer 
em nervos todos o teu ser? 
E o som do teu cora
ção 
de aço, que cor, que ação? 

 

Teu cérebro, quem o malha? 
Que martelo? Que fornalha 
o moldou? Que mão, que garra 
seu terror mortal amarra?

 

Quando as lanças das estrelas
cortaram os céus, ao vê-las, 
quem as fez sorriu talvez? 
Quem fez a ovelha te fez? 

 

Tygre! Tygre! Brilho, brasa  
que a furna noturna abrasa, 
que olho ou mão armaria 
tua feroz simmetria?

 

[Tradução de Augusto de Campos]

 

 

Δ

 

 

O Tigre

Tigre! Tigre! Claro cresta
Chama em noturnal floresta,
Que olho eterno ou mão podia
Forjar-te a torva simetria?

Em que extremo vão ou céu
Do teu olho o fogo ardeu?
Sobre que asa audaz se alçou?
Mão audaz que o ardor tomou?

E qual braço e com quais artes
Torceu do teu peito as partes?
E ao bater teu coração,
Que pés sombrios, sombria mão?

Qual marrão e qual a malha?
Teu cérebro em qual fornalha?
Qual bigorna, o punho audaz
Cinge os terrores mortais?

Quando os astros dardejaram
E em seu pranto o céu molharam,
A obra dele o fez sorrir?
Ele o cordeiro fez e a ti?

Tigre! Tigre! Claro cresta
Chama em noturnal floresta
Que olho eterno ou mão ousaria
Forjar-te a torva simetria?

[Tradução de Adriano Scandolara]

 

 

Δ

 

 

O Tigre

Tigre tigre, luz ardida
Na floresta anoitecida,
Que olho, ou que mão forjaria
Tua terrível simetria?

Na distância, ou entre escolhos
Brilha o fogo dos teus olhos?
Com que asas faz seu jogo?
Com que mão apalpa o fogo?

Com que ombro e com que arte,
Teu coração se comparte?
E se teu peito bater,
Com que mão e com que pé?

Que martelo e que corrente?
Em que forno arde tua mente?
Que bigorna? Qual criador
Ousa encerrar teu terror?

Quando os astros lançam lança,
E o céu líquido se cansa,
Ri de orgulho o teu ferreiro?
Quem te fez, fez o cordeiro?

Tigre tigre, luz ardida
Na floresta anoitecida;
Que olho, ou que mão ousaria
Tua terrível simetria?

[Tradução de Guilherme Gontijo Flores]

 

 

Δ

 

 

Tygre

Tygre Tygre fogo ativo,
Nas florestas da noite vivo,
Que olho ou mão tramaria
Tua temível simetria?

Que profundezas, que céus
Acendem os olhos teus?
Aspirar quais asas ousa?
Qual mão em tua chama pousa?

Por que braço e que arte é feito
Cada nervo de teu peito?
E teu peito ao palpitar,
Que horríveis mãos? e pés sem par?

Que martelo? Que elo? Tua mente
Vem de qual fornalha ardente?
Qual bigorna? Que mão forte
Prende o teu terror de morte?

Quando as lanças das estrelas
Molharam o céu, ao vê-las:
Ele sorriu da obra que fez?
Quem fez o cordeiro te fez?

Tygre Tygre fogo ativo,
Nas florestas da noite, vivo,
Que olho ou mão tramaria
Tua terrível simetria?

[Tradução de Leonardo Gonçalves & Mário Alves Coutinho]

 

 

Δ

 

 

O Tigre

Tigre! Tigre! clarão feroz
nas florestas da noite atroz,
que mão, que olho imortal teria
forjado a tua simetria?

Em que funduras, em que céus
o fogo ardeu dos olhos teus?
Em que asa ousou ele aspirar?
Que mão ousou o fogo atear?

Que ombro, que arte deu tal torção
às fibras do teu coração?
E, o teu coração já batendo,
que horrenda mão? que pé horrendo?

E qual martelo? E qual corrente?
Em que forja esteve tua mente?
Qual bigorna? Que ousado ater
seus terrores ousou conter?

Quando os astros se desarmaram
e o céu de lágrimas rociaram,
riu-se ao ver sua obra talvez?
Fez o Cordeiro quem te fez?

Tigre! Tigre! clarão feroz
nas florestas da noite atroz,
que mão, que olho imortal teria
forjado a tua simetria?

[Tradução de Renato Suttana]

 

 

Δ

 

 

O Tigre

Tigre! Tigre! Luz brilhante
Nas florestas da noite,
Que olho ou mão imortal ousaria
Criar tua terrível simetria?

Em que céus ou abismos
Flamejou o fogo de teus olhos?
Sobre que asas ousou se alçar?
Que mão ousou esse fogo tomar?

E que ombro & que saber
Foram as fibras do teu coração torcer?
E o primeiro pulso de teu coração
Que pé ou terrível mão?

Que martelo, que corrente?
Que forno forjou tua mente?
Que bigorna? Que punho magistral
Captou teu terror mortal?

Quando os astros arrojam seus raios,
cobrindo de lágrimas os céus,
Sorriu ao sua obra contemplar?
Quem te criou o cordeiro foi criar?

Tigre! Tigre! Luz brilhante
Nas florestas da noite,
Que olho ou mão imortal ousaria
Criar tua terrível simetria?

[Tradução de Alberto Marsicano e John Milton]

 

 

Δ

 

 

O Tigre

Tigre! Tigre! brilhando intenso
Nas florestas da noite.
Que imortal mão ou olho
Conseguiu criar tua terrível simetria ?

Em que distantes abismos ou céus
Ardia o fogo de teus olhos ?
Sobre que asas se atreveu a ascender ?
Que mão ousou capturar o fogo?

E que braço, & qual arte
puderam trançar as fibras de teu coração?
E quando teu coração começou a bater,
Que espantosa mão? que espantosos pés?

Qual o martelo? qual a corrente?
Em qual fornalha estava teu cérebro?
Qual a bigorna? Que firme agarrar
Pôde segurar teus pavorosos terrores ?

Quando os astros lançaram os seus dardos,
E regaram os céus com suas lágrimas,
Sorriu ele ao ver seu trabalho?
Quem deu vida ao Cordeiro também te criou ?

Tigre! Tigre! brilhando intenso
Nas florestas da noite.
Que imortal mão ou olho
Conseguiu criar tua terrível simetria?
 

[Tradução de Luiz Felipe Coelho]

 

 

Δ

 

 

O tigre

 

Tigre! Tigre! fulgurante,

Na floresta negrejante;

Qual sentido poderia

Saber-te a fera simetria?

 

Em qual longe abismo ou céus

Queima em chama os olhos teus?

Em quais asas ele ascende?

Qual a mão que ao fogo prende?

 

E quais ombros, e qual feito

Domar-te-ia o forte peito?

E ao começar ele a bater

Quais mãos e pés a então tremer?

 

Qual martelo? Qual corrente?

Fez qual forno tua mente?

Qual a forja? Qual a agarra

Seu mortal terror amarra?

 

Quando os astros cintilaram,

E o céu de lágrimas banharam,

Vendo seu labor, logrou-se?

Quem o cordeiro fez, gerou-te?

 

Tigre! Tigre! fulgurante,

Na floresta negrejante;

Qual sentido ousaria

Saber-te a fera simetria?

 

[Tradução de Angiuli Copetti de Aguiar]

 

 

Δ

 

 

O tigre

 

Tigre! Tigre! tocha tesa

Na selva da noite acesa,

Que mão de imortal mestria

Traçou tua simetria?

 

Em que abismos ou que céus

O fogo há dos olhos teus?

Em que asa se inspira a trama

Da mão que te deu tal chama?

 

Que artes ou forças tamanhas

Entrançaram-te as entranhas?

E ao bater teu coração,

Pés de horror? de horror a mão?            

 

Que malho foi? que limalha?

De teu cérebro a fornalha?

Qual bigorna? que tenazes

No terror mortal que trazes?

 

Quando os astros dispararam

Seus raios e os céus choraram,

Riu-se ao ver sua obra quem

Fez a ovelha e a ti também?

 

Tigre! Tigre! tocha tesa

Na selva da noite acesa,

Que mão de imortal mestria

Traçou tua simetria?

 

[Tradução de Ivo Barroso]

 

 

Δ

 

 

O tigre

 

Tygre, Tygre, em fogo ardendo

Nas florestas, noite adentro;

Que olho ou mão imortal poderia

Forjar temível simetria?
 

Em que abismo ou céu distantes

Ardiam teus olhos flamantes?

Em que asas voar ele clama?

Que mão ousa tomar a chama?
 

E que ombro, que maestria

Teu coração amoldaria?

E ao pulsar teu coração,

Que horríveis pés? Que horrível mão?
 

Com que malho? Com que corrente?

Que fornalha fundiu tua mente?

Em que bigorna? Que mão mordaz?

Agarra o terror com a tenaz?

 

Quando, no céu, estrelas baixaram

Suas lanças, e então choraram;

Ele sorriu ao que inventou?

Quem criou o Cordeiro te criou?          
 

Tygre, Tygre, em fogo ardendo

Nas florestas, noite adentro;

Que olho ou mão imortal poderia

Forjar temível simetria?

 

[Tradução de Gilberto Sorbini e Weimar de Carvalho]

 

 

Δ

 

 

O Tygre

 

Tygre, Tygre, viva chama
Que as florestas de noite inflama,
Que olho ou mão imortal podia
Traçar-te a horrível simetria?

Em que abismo ou céu longe ardeu
O fogo dos olhos teus?
Com que asas atreveu ao vôo?
Que mão ousou pegar o fogo?

Que arte
e braço pôde então
Torcer-te as fibras do coração?
Quando ele já estava batendo,
Que mão
e que pés horrendos?

Que cadeia? que martelo,
Que fornalha teve o teu cérebro?
Que bigorna? que tenaz
Pegou-te os horrores mortais?

Quando os astros alancearam
O céu e em pranto o banharam,
Sorriu ele ao ver seu feito?
Fez-te quem fez o Cordeiro?

Tygre, Tygre, viva chama
Que as florestas da noite inflama,
Que olho ou mão imortal ousaria
Traçar-te a horrível simetria?

 

[Tradução de João Paulo Pais]

 

 

Δ

 

 

O tigre.

 

Tigre! Tigre! flamejando,
Selvas da noite aclarando,
Que mão, que olhar imortal,
Criou simetria tal?

Em que abismos arde ou céus
O fogo dos olhos teus?
Em que asas ousou voar?
Que mão o ousa agarrar?

Com que ombros, que artesão
Te deu fibra ao coração?
Quando a bater começou,
Que mão, que pé aterrou?

Que martelo? Que corrente?
Que fornalha teve ardente
Teu cérebro? Que mão forte
Lhe aplaca os pavores de morte?

Quando as estrelas dardejam
E de choro os céus marejam,
Tal obra vendo sorri?
O Cordeiro fez e a ti?

Tigre! Tigre! flamejando,
Selvas da noite aclarando,
Que mão, que olhar imortal,
Ousou simetria tal?

 

[Tradução de Jorge Vilhena Mesquita]

 

 

Δ

 

 

O tigre..

 

Tigre, tigre, chama pura
Nas florestas, noite escura,
Que olho ou mão imortal cria
Tua terrível simetria?

De que abismo ou céu distante
Vem tal fogo coruscante?
Que asas ousa nesse jogo?
E que mão se atreve ao fogo?

Que ombro
e arte te armarão
Fibra a fibra o coração?
E ao bater ele no que és,
Que mão terrível? Que pés?

E que martelo? Que torno?
E o teu cérebro em que forno?
Que bigorna? Que tenaz
Prò terror mortal que traz?

Quando os astros lançam dardos
E seu choro os céus põe pardos,
Vendo a obra ele sorri?
Fez o anho e fez-te a ti?

Tigre, tigre, chama pura
Nas florestas, noite escura,
Que olho ou mão imortal cria
Tua terrível simetria?"
 

[Tradução de Vasco Graça Moura ]

 

 

Δ

 

 

O Tigre5

 

Tigre, tigre, ardendo aceso.
No bosque da noite preso.
Que olhos, que mãos infalíveis
Teus traços criaram terríveis?

De que profundas ou céus,
O lume dos olhos teus?
De que asas el’sonha audaz?
Esse fogo, quem o traz?

Qual arte os nervos te cria
Que ao coração te daria?
Quando a bater começou.
Que pé ou mão foi que ousou?

Que martelo, que bigorna.
A teu cérebro deu forma?
Que fornalha ou força tal,
Para o seu terror mortal?

E os astros lanças largaram,
De seu choro o céu molharam.
Sorriu ele dessa vez?
Quem fez o Anho te fez?

Tigre, tigre, ardendo aceso.
Nos bosques da noite preso.
Que olhos, que mãos infalíveis
Teus traços criaram terríveis?

 

[Tradução de  Jorge de Sena]

 

 

Δ

 


O Tigre6

 

Tigre, Tigre, viva chama
Que as florestas da noite inflama,
Que olho ou mão imortal podia
Traçar-te a horrível simetria?

Em que abismo ou céu longe ardeu
O fogo dos olhos teus?
Com que asas ousou ele o Vôo?
Que mão ousou pegar o fogo?

Que arte e braço pôde então
Torcer-te as fibras do coração?
Quando ele já estava batendo,
Que mão
e que pés horrendos?

Que cadeia? que martelo,
Que fornalha teve o teu cérebro?
Que bigorna? que tenaz
Pegou-lhe os horrores mortais?

Quando os astros alancearam
O céu e em pranto o banharam,
Sorriu ele ao ver seu feito?
Fez-te quem fez o Cordeiro?

Tigre, Tigre, viva chama
Que as florestas da noite inflama,
Que olho ou imortal mão ousaria
Traçar-te a horrível simetria?

                                          

[Tradução de José Paulo Paes]

 


Δ

 

 

O Tigre

 

Tigre, tigre que flamejas
Nas florestas da noite.
Que mão que olho imortal
Se atreveu a plasmar tua terrível simetria?

Em que longínquo abismo, em que remotos céus
Ardeu o fogo de teus olhos?
Sobre que asas se atreveu a ascender?
Que mão teve a ousadia de capturá-lo?
Que espada, que astúcia foi capaz de urdir
As fibras do teu coração?


E quando teu coração começou a bater,
Que mão, que espantosos pés
Puderam arrancar-te da profunda caverna,
Para trazer-te aqui?
Que martelo te forjou? Que cadeia?
Que bigorna te bateu? Que poderosa mordaça
Pôde conter teus pavorosos terrores?

Quando os astros lançaram os seus dardos,
E regaram de lágrimas os céus,
Sorriu Ele ao ver sua criação?
Quem deu vida ao cordeiro também te criou?

Tigre, tigre, que flamejas

Nas florestas da noite.
Que mão, que olho imortal
Se atreveu a plasmar tua terrível simetria?

                                              

[Tradução de Ângelo Monteiro]

 

 

Δ

 

 

O Tigre.....

 

Tigre! Tigre, ardendo grave
Pelas florestas do entrave,
Que mão ou olho imortal
Modulou-te simetria tal?

Em abismos ou céus quais
Forjou teus olhos fatais?
A qual asa ousou imitar?
Que mão pôde o fogo apanhar?

Diga-me, qual braço, e qual arte,
Tal cárdio-tendão veio trançar-te?
Quando ele começou a bater,
Que terrível mão, e que ser?

Que martelo? Qual corrente?
Que fornalha forjou-te a mente?
Que bigorna e que tenaz
Tuas unhas tornou capaz?

Quando as estrelas com suas lanças
Cobriram de lágrimas as crianças,
Sorriu ao ver o seu trabalho?
Quem fez o Cordeiro, deu-te talho?

Tigre! Tigre, ardendo grave
Pelas florestas do entrave,
Que mão ou olho imortal
Ousou dar-te simetria tal?

                                                      

[Tradução de  Sidnei Schneider]

 

 

Δ

 

 

O tigre..........

 

Tigre, tigre, flamante fulgor

Nas florestas de denso negror,

Que olho imortal, que mão poderia

Te moldar a feroz simetria?

 

Em que altura ou abismo sem par

Ardeu o fogo de teu olhar?

Com quais asas sobe ele ao que clama?

Quais as mãos que seguram a chama?

 

Qual ombro poderia, ou qual arte,

Essas fibras do peito forjar-te?

E, ao pulsar desse teu coração,

Que pés horrendos, que horrenda mão?

 

Qual o martelo? Qual a corrente?

Que fornalha fundiu tua mente?

Qual a bigorna? Os punhos são quais,

Que atenazam terrores mortais?

 

Quando os astros, inermes de espanto,

Salpicaram os céus com seu pranto,

Por acaso sorriu teu obreiro?

Quem te fez, fez também o Cordeiro?

 

Tigre, tigre, flamante fulgor

Nas florestas de denso negror,

Que olho imortal, que mão ousaria

Te moldar a feroz simetria?

 

[Tradução de  Paulo Vizioli em BLAKE, William. Poesia e Prosa Selecionados, São Paulo, 1993]

 

 

 Δ

 

 

O tigre....

..............

Tigre, tigre, luz que cresta

Dentro da noite da floresta.

Que olho, que mão imortal

Fixou tua linha cabal?

 

Em que distantes céus ou minas

Queimou-te a chama das retinas?

Que asa ousaria até lá ir?

Que mão pegaria esse fulgir?

 

Que braço ou arte em ação

Para dobrar-te o coração?

E, no que começa a bater,

Que mão ou pé para o deter?

 

Qual o martelo e a corrente,

Que fogo forjou-te a mente?

Que bigorna teve a coragem

De afrontar a tua voragem?

 

Quando as estrelas no céu descoram

E o ar umedece porque choram,

Deus sorrirá vendo o que fez?

Quem criou o cordeiro te fez?

 

Tigre, tigre, luz que cresta

Dentro da noite da floresta.

Que olho, que mão imortal

Ousou tua espécie letal?

 

[Tradução de Paulo Hecker Filho em Autores Gaúchos. Porto Alegre: IEL/Unissinos, 1998 e em Só poema bom.Porto Alegre,  Alcance, 2000]

 

 

Δ

 

 

La Tigro 

 

Tigro, tigro, brile brula
En arbaro nokt-obskura, 
Forøis kia man' eterna 
Vin je simetri' konsterna? 

 

En kia fundo aý æielo 
Ardis via okulhelo? 
Kia lin flugil' subtenis? 
Kia man' la fajron prenis? 

 

Per kiaj þultro kaj kompreno.
Por vi tordiøis kortendeno? 
Kaj kiam pulsis batoj koraj, 
Kiaj pied' kaj mano gloraj?

 

Kia martelo? Æeno kia? 
Kia forn' por cerbo via? 
Riskis kia fort' kolosa 
Spiti al terur' ambosa? 

 

Kiam steloj sin malarmis 
Kaj sur la æielon larmis, 
Æu la verko al li karis? 
Æu vin Þafid-farinto faris? 

 

Tigro, tigro, brile brula 
En arbaro nokt-obskura, 
Forøus kia man' eterna 
Vin je simetri' konsterna?

                                                    

[Traducció a l'esperanto de William Auld]

 

 

Δ

 

 

La tigre

 

Tigre, Tigre, che bruci luminosa
nelle foreste della notte,
quale immortale mano o occhio
ha potuto foggiare la tua orribile simmetria?

In quali distanti profondità o cieli
è bruciato il fuoco dei tuoi occhi?
Su quali ali ha osato levarsi?
Quale mano osò afferrare il fuoco?

E quale braccio, e quale arte,
potè piegare i nervi del tuo cuore?
E quando il tuo cuore prese a battere,
quale mano atroce? e quali atroci piedi? 

 

Quale il martello? quale la catena,
in quale fornace era il tuo cervello?
quale l'incudine? quale atroce stretta
osò prendere in mano i suoi mortali terrori? 

 

Quando le stelle buttarono giù le loro lance
e bagnarono con le loro lacrime il cielo,
sorrise lui a vedere il proprio lavoro?
Colui che fece l'Agnello ti ha fatto? 

 

Tigre, Tigre, che bruci luminosa
nelle foreste della notte,
quale immortale mano o occhio

ha osato foggiare la tua orribile simmetria?

 

 

Δ

 

 

Night

 

The sun descending in the west,
The evening star does shine,
The birds are silent in their nest,
And I must seek for mine,
The moon like a flower,
In heavens high bower;
With silent delight,
Sits and smiles on the nigth.

Farewell green fields and happy groves,
Where flocks have took deligth;
Where lambs have nibbled, silent moves
The feet of angels bright;
Unseen they pour blessing,
And joy without ceasing,
On each bud and blossom,
And each sleeping bosom.

They look in every thoughtless nest;
Where birds are coverd warm;
They visit caves of every beast,
To keep them all from harm:
If they see any weeping,
That should have been sleeping
They pour sleep on their head
And sit down by their bed.

When wolves and tygers howl for prey
They pitying stand and weep;
Seeking to drive their thirst away,
And keep them from de sheep,
But if they rush dreadful;
The angels most heedful,
Recieve each mild spirit,
New worlds to inherit.
And there the lions ruddy eyes,
Shall flow with tears of gold:
And pitying the tender cries,
And walking round the fold:
Saying: wrath, by his meekness
And by his health, sickness,
Is driven away,
From our immortal day.

And now beside thee bleating lamb,
I can lie down and sleep;
Or think on him who bore thy name.
Grase after thee and weep.
For wash'd in lifes river,
My bright mane for ever,
Shall shine like the gold
As I guard o'er the fold.

                                                           

[Songs of Innocence]

 

 

Δ

 

 

La Nit 

 

El sol es pon a l'oest, 
L'estel de la tarda brilla, 
Els ocells callen al niu 
I jo, el meu, el cercaria. 
La lluna com una flor 
A l'alt brancatge del cel 
Amb silenciós delit 
Seu, i somriu a la nit. 


Adéu, felices arbredes, camps verds, 
On els ramats fruïen. 
On xais remugaven, mouen els peus 
Sense fressa, àngels resplendents: 
Ocults, adollen mercès 
I joia, incessantment 
En cada poncella i flor
I en cada pit dorment. 


Miren en els nius més impensats 
On jeuen tebis els ocells, 
Visiten el cau de cada bèstia 
Per protegir-la de mal. 
Si veuen algú plorant
Que hauria d'estar adormit 
Vessen son sobre el seu cap 
I seuen vora el seu llit. 


Quan tigres i llops per caçar udolen, 
Drets, plorant, els compadeixen 
Intentant arrencar-los la set, 
Apartar-los de les ovelles; 
Mes si s'apressen terribles, 
Els àngels, sempre curosos, 
Cada esperit mansoi acullen 
Perquè hereti nous mons. 
Els ulls vermells del lleó 
Vessaran llàgrimes d'or 
Apiadant-se dels tendres crits, 
Caminant entorn del folc, 
Dient: "La ira, per sa humilitat,
Per la seva salut la malaltía, 
Ens l'arrenquen 
Del nostre dia immortal. 


"I avui, al seu costat, anyel que beles, 
Puc ajeure'm i dormir 
O pensar en Aquell que el teu nom portà.
I pasturar i plorar com tu. 
Rentat al riu de la vida, 
Resplendent la meva crina, 
Brillará sempre com l'or 
Mentre jo vetlli el ramat."

                                                        

[Versió de Toni Turull]

 

 

Δ

 

 

La noche

Desciende el sol por el oeste,
brilla el lucero vespertino;
los pájaros están callados en sus nidos,
y yo debo buscar el mío.
La luna, como una flor
en el alto arco del cielo,
con deleite silencioso,
se instala y sonríe en la noche.


Adiós, campos verdes y arboledas dichosas
donde los rebaños hallaron su deleite.
Donde los corderos pastaron, andan en silencio
los pies de los ángeles luminosos;
sin ser vistos vierten bendiciones
y júbilos incesantes,
sobre cada pimpollo y cada capullo,
y sobre cada corazón dormido.


Miran hasta en nidos impensados
donde las aves se abrigan;
visitan las cuevas de todas las fieras,
para protegerlas de todo mal.
Si ven que alguien llora
en vez de estar durmiendo,
derraman sueño sobre su cabeza
y se sientan junto a su cama.

Cuando lobos y tigres aúllan por su presa,
se detienen y lloran apenados;
tratan de desviar su sed en otro sentido,
y los alejan de las ovejas.
Pero si embisten enfurecidos,
los ángeles con gran cautela
amparan a cada espíritu manso
para que hereden mundos nuevos.
Y allí, el león de ojos enrojecidos
vertirá lágrimas doradas,
y compadecido por los tiernos llantos,
andará en torno de la manada,
y dirá: "La ira, por su mansedumbre,
y la enfermedad, por su salud,
es expulsada
de nuestro día inmortal.


Y ahora junto a ti, cordero que balas,
puedo recostarme y dormir;
o pensar en quien llevaba tu nombre,
pastar después de ti y llorar.
Pues lavada en el río de la vida
mi reluciente melena
brillará para siempre como el oro,
mientras yo vigilo el redil."

 

 

Δ

 

 

Nuit1

 

Le soleil descendant à l’ouest,

L’étoile du soir luit,

Au nid les oiseaux se taisent,

Il me faut gagner le mien.

La lune, comme une fleur,

Dans le haut berceau du ciel,

En un silence ravi,

Calme, sourit à la nuit.

 

Adieu, verts prés, bosquets heureux,

Où se régalaient les troupeaux ;

Là où broutaient les agneaux, passent

Sans bruit les pieds d’anges splendides.

Inaperçus, ils versent joie,

Incessante et bénédictions

Sur chaque fleur, chaque bourgeon,

Et sur chaque sein endormi.

 

Ils inspectent un à un les nids insouciants,

Où les oiseaux sont bien au chaud ;

De chaque bête ils visitent les antres

Pour du mal toutes les garder.

Et si d’aventure ils en voient

Pleurer un qui devrait dormir,

De sommeil ils douchent sa tête,

Et près de son lit ils s’asseyent.

 

Lorsque tigres et loups hurlent après leur proie,

Compatissants, ils sont là, et ils pleurent —

Cherchent à dévier leur soif,

À les tenir loin des moutons.

Mais si leur charge est redoutable,

Plains de prévenance, les anges

Font accueil à chaque âme douce,

Pour qu’elle hérite un nouveau monde.

 

Et là le lion, de ses yeux rouges

Versant à flots des larmes d’or,

Aura pitié des tendres cris,

Et, tournant autour du bercail,

Dira : « Sa douceur a chassé

La fureur, Sa santé le mal,

De nôtre immortalité.

 

« Et désormais, agneau bêlant, je peux

Contre ton flanc me coucher et dormir,

Ou bien, penser à Lui, Lui qui porte ton nom,

Brouter après toi, et pleurer.

 

Car, lavée au fleuve de vie,

Ma crinière resplendissante,

À jamais brillera comme or,

Tandis que je garderai le bercail. »

 

[ Traduction: Bernard Pautrat ]

 

 

 

Δ

 

Nuit2

 

Le soleil descend dans l’ouest,

Les étoiles du soir brillent,

Les oiseaux font silence dans leur nid,

Et moi je recherche le mien.

 

La lune, cette fleur,

Dans le ciel, tendue haute comme une tonnelle,

Silencieuse et ravie,

S’est assise et sourit dans la nuit.

 

Adieu, champs verts et joyeuses pousses,

Où les troupeaux s’étendent avec plaisir,

Où les agneaux paissent, ici et là en silence,

Vont les pieds d’anges étincelants.

 

Invisibles, ils répandent grâce,

Et joie sans cesse,

Sur chaque abeille et chaque fleur,

Et chaque corps endormi.

 

Ils regardent dans chaque nid oublié,

Où les oiseaux reposent, douillets,

Ils visitent les grottes de chaque bête,

Pour les protéger des blessures.

 

S’ils voient des pleurs

Qu’un sommeil saurait effacer,

Ils répandent le sommeil sur ces têtes,

Et demeurent assis auprès de leur lit.

 

Quand les loups et les tigres hurlent après leur proie,

Ils la prennent en pitié et pleurent,

Cherchent à détourner leur faim,

Et les tiennent éloignés du troupeau.

 

Mais, si ces bêtes se précipitent, affreux,

Les anges, des plus attentifs,

Accueillent chaque esprit doux,

Héritiers des nouveaux mondes.

 

Et alors, de l’œil rouge du lion

Coulera un flot de larmes d’or,

Et, en compassion pour les cris tendres,

Il contournera l’enclos.

 

Et dira : « La colère, par Sa douceur,

Et, par Sa force, la maladie,

Sont chassées, et changent leurs cours,

Éternellement.

 

Et désormais, auprès de vous, bêlants agneaux,

Je puis m’allonger et dormir,

Ou, à Sa pensée, lui qui porte votre nom,

Paître après vous, et pleurer.

 

Car, lavé à la rivière de la vie,

Ma crinière resplendissante pour toujours,

Brillera comme de l’or,

Tandis que je serai le gardien du troupeau. »

 

[ Traduction : Arnaud Maïsetti ]

 

 

Δ

 

 

Nuit3

 

Au soleil couchant,
Brille l’étoile du soir ;
Les oiseaux sont silencieux dans leur nid,
Et je dois rejoindre le mien.
La lune, comme une fleur
Dans son écrin au sommet du ciel,
Avec ce plaisir silencieux,

Repose et sourit dans la nuit.

 
Adieu, champs verts et bosquets heureux,
Où les troupeaux paissent plaisamment,
Où les agneaux broutaient, silencieux se déplacent

Les pieds des anges illuminés ;
Invisibles, ils déversent bénédiction
Et joie, constamment,
Sur chaque bourgeon et fleur,
Et sur chaque cœur en sommeil.

  

Ils regardent dans chaque nid sereinement,

Où les oiseaux sont chaudement couverts;
Ils visitent les grottes de chaque bête,
Pour les garder tous du mal:

S’ils en voient pleurant
Plutôt que de naviguer dans les rêves,
Ils versent du sommeil sur leur tête,
Et s’assoient à côté de leur lit.

Lorsque les loups et les tigres hurlent à l’odeur de la proie,

Pris de pitié, ils pleurent ;
Cherchant à oublier leur soif,
Et les égarer loin des moutons.
Mais, s’ils se précipitent,
Les anges, plus attentifs,
Reçoivent chaque esprit de douceur,
Afin qu’ils héritent de nouveaux mondes.
 
Et des yeux rougeâtres du lion
Jailliront des larmes d’or:
Ayant pitié des cris d’innocence,
Et tournoyant autour du troupeau :
Dira : « La colère par sa douceur,

Et, par Sa santé, la maladie,

Sont chassées
De nos jours immortels. »

« Et maintenant, à tes côtés, bêlant agneau,
Je peux me coucher et dormir,
Ou penser à Celui qui porta ton nom,
Paître avec toi, et pleurer.
Car, lavée dans la rivière de la vie,
Ma crinière brillante à jamais

brillera comme l’or,
Alors que le troupeau je garderai ».

 

 [ Traduction Jacky Lavauzelle ]

 

 

Δ

 

The little girl lost

 

In futurity
I prophetic see,
That the earth from sleep,
(Grave the sentence deep)

Shall arise and seek
For her maker meek:
And the desart wild
Become a garden mild.

In the souther clime,
Where the summers prime,
Never fades away;
Lovely Lyca lay.

Seven summers old
Lovely Lyca told,
She had wandered long,
Hearing wild birds song.

Sweet come to me
Underneath this tree;
Do father, mother weep,-
"Where can Lyca sleep".

Lost in desart wild
Is your little child.
How can Lyca sleep,
If her mother weep.

If her heart does ake,
The let Lyca wake;
If my mother sleep,
Lyca schall not weep.

Frowning frowning night,
O'er this dasart bright,
Let thy moon arise,
While I close my eyes.

Sleeping Lyca lay;
While the beasts of prey,
Come from caverns deep,
View'd tehe maid asleep

The kingly lion stood
And the virgin view'd,
Then the gambold round
O'er the hallowd ground:

Leopards, tygers play,
Round her as sche lay;
While the lion old,
Bow'd his mane of gold,

And her bosom lick,
And upon her neck,
From his eyes of flame,
Ruby tears the came;

While the lioness
Loos'd her slender dress,
And naked they convey'd
To caves the sleeping maid.

                                        

[Songs of experience]

 

 

Δ

 

 

La noieta perduda  

 

En la futuritat 
Veig profèticament 
Que la Terra s'alçarà de la son 
(Grava fondament la frase) 


A cercar 
El seu manyac creador: 
I l'erm desert 
Un dolç jardí esdevindrà. 


En els climes del sud, 
On la flor de l'estiu 
No desapareix mai, 
Lyca jeu bellament. 


Tenia set estius 
Deia la bella Lyca 
Que ha rondat molt de temps 
Sentint agrests ocells. 


Aqui sota aquest arbre 
Dolça son vine amb mi. 
Plora el pare o la mare: 
"On podrà dormir Lyca?" 


S'ha perdut al desert 
La vostra criatura.
¿Com pot Lyca dormir 
Mentre la mare plora? 


Si li dol el seu cor,
Feu que desperti Lyca; 
Si la mare reposa, 
Lyca no plorarà.


Oh nit amenaçant, 
Sobre el brillant desert 

Deixa alçar-se la lluna,
I mentre cloruré els ulls.


Lyca dorm ajaguda; 
I quan les feres surten 
Del fons de les cavernes, 
La troben adormida. 


El lleó reial, dret, 
Va contemplar la verge; 
Llavors sobre el camp sant 
Ell saltironejà. 


Tigres, lleopards, juguen 
Entorn d'ella que jeu,
Dementre el lleó vell 
Inclina la crin d'or, 


I li llepava el pit, 
I queien sobre el coll d'ella, 

Dels seus ulls de flama 
Llàgrimes com robins. 


Entretant la lleona 
Va desfer el seu vestit 
I nua s'emportaren 
la donzella adormida.

           

[Versió de Toni Turull]

 

 

Δ

 

 

The little girl found

 

All the night in woe,
Lyca's parents go:
Over vallies deep,
While the desarts weep.

Tired and woe-begone,
Hoarse with making moan:
Arm in arm seven days,
They trac'd the desart ways.

Seven nights they sleep,
Among schadows deep:
And dream they see their child
Starv'd in desart wild.

Pale thro' pathless ways
The fancied image strays,
Famisch'd weeping, weak
Whith hollow piteous schriek

Rising from unrest,
Thetrembling woman prest,
With feet of weary woe;
Sche could no further go.

In his arms he bore,
Her arm'd with sorrow sore:
Till before they way,
A couching lion lay.

Turning back was vain,
Soon his heavy mane,
Bore them to the ground;
Then he stalk'd around.

Smelling to his prrey,
But their fears allay,
When he licks their hands:
And silent by them stands.

They look upon his eyes
Fill'd with deep surprise:
And wondering behold,
A spirit arm'd in gold.

On his head a crown
On his schoulders down,
Flow'd his golden hair.
Gone was all their care.

Follow me he said,
Weep not for the maid:
In may palace deep,
Lyca lies asleep.

Then they followed,
Where the vision led:
And saw tehir sleeping child,
Among tygers wild.

To this day they dwell
In a lonely dell
No fear the wolvisch howl,
Nor the lions growl.

                                             

[Songs of Experience]

 

 

Δ

 

 

La noieta trobada  

 

Tota la nit en pena
Van els pares de Lyca
Travessant les fondes valls 
Mentre plora el desert.


Fatigats i desolats 
Anaven del braç set dies, 
Esgotats de gemegar 
Seguint els camins deserts.


Dormisquegen les set nits
Entre negríssimes ombres, 
Veuen en somnis llur filla 
Famèlica a l'erm feréstec.


Per llocs sense camins, pàl·lida, 
Erra la imatge del somni. 
Amb gemecs sords, llastimosos, 
Plorant, dèbil, afamada. 


S'alça del malson la dona 
I s'afanya tremolosa, 
Amb els peus tots destrossats:
No podia fer una passa.


Ell la va portar als seus braços 
Armada amb dolor amarg, 
Fins al mig d'aquell camí 
On reposava un lleó. 


Tornar enrere era en va: 
La crinera exorbitant 
Els va fer caure a terra. 
Ell sotjà al voltant llavors 


Olorant la seva presa;
Però llur esglai s'allunya 
Quan els llepava les mans 
I amb ells roman en silenci. 


Miren llavors els seus ulls 
Plens de profunda sorpresa; 
Hi veuen embadalits 
Un esperit armat d'or.


Al seu cap una corona; 
Sobre les seves espatlles,
 
Els cabells d'or relliscaven. 
Va fugir d'ells tota por. 


Seguiu-me, els va dir, 
No ploreu pas per la verge: 
En el fons del meu palau 
Lyca adormida jeu. 


Aleshores ells seguiren 
La visió que els guiava,
I veieren reposar, 
Entre fers tigres, la noia. 


En una vall solitària 
Fins avui han habitat; 
No temen l'udol del llop 
Ni dels lleons el rugit.

              

[Versió de Toni Turull]

 

 

Δ

 

 

La niñita encontrada

La noche entera, infortunados,
van los padres de Lyca
a través de valles profundos
mientras los desiertos lloran.

Exhaustos y desconsolados,
roncos de tanto gemir,
siete días tomados de los brazos
las sendas del desierto rastrearon.

Duermen siete noches
entre sombras profundas,
y sueñan que ven a su niña
famélica en la salvaje arena.

Apagada, sin rumbo,
deambula la figura imaginada,
hambrienta, llorando, endeble,
con un sordo grito plañidero.

Erguida sobre su desasosiego,
la temblorosa mujer se apresta
con los pies pesados de dolor:
ya no logra seguir adelante.

Él la toma en sus brazos
armado con su profundo pesar,
hasta que en medio de su camino
ven recostado a un león.

Era imposible dar marcha atrás:
pronto su pesada melena
los abate contra el suelo,
y después los circunda al acecho.

Olfatea a su presa;
pero sus temores apacigua
mediante el lamido de sus manos,
y queda en silencio a su lado.

Lo miran a los ojos
llenos de extrema sorpresa,
y maravillados contemplan
a un espíritu de oro revestido.

Sobre su cabeza, una corona;
desplegada por los hombros
fluctúa su cabellera dorada.
Todo los temores se les diluyen.

"Seguidme", les expresa;
"No lloréis por la niñita;
en mi recóndito palacio
Lyca descansa dormida."

Ellos lo siguen entonces
hasta donde la visión llevaba,
y vieron a su hijita durmiendo
junto a los tigres feroces.

Hasta este día todavía moran
en un solitario valle;
no temen el aullido del lobo
ni al león cuando ruge.

 

 

Δ

 

 

Proverbs of Hell

 

In seed time learn, in harvest teach, in winter enjoy.
Drive your cart and your plow over the bones of the dead.
The road of excess leads to the palace of wisdom.
Prudence is a rich ugly old maid courted by Incapacity.
He who desires but acts not, breeds pestilence.
The cut worm forgives the plow.
Dip him in the river who loves water.
A fool sees not the same tree that a wise man sees.
He whose face gives no light, shall never become a star.
Eternity is in love with the productions of time.
The busy bee has no time for sorrow.
The hours of folly are measur'd by the clock, but of wisdom: no clock can measure.
All wholsom food is caught without a net or a trap.
Bring out number weight
and measure in a year of dearth.
No bird soars too high, if he soars with his own wings.
A dead body revenges not injuries.
The most sublime act is to set another before you.
If the fool would persist in his folly he would become wise.
Folly is the cloke of knavery.
Shame is Prides cloke.

Prisons are built with stones of Law, Brothels with bricks of Religion.
The pride of the peacock is the glory of God.
The lust of the goat is the bounty of God.
The wrath of the lion is the wisdom of God.
The nakedness of woman is the work of God.
Excess of sorrow laughs. Excess of joy weeps.
The roaring of lions, the howling of wolves, the raging of the stormy sea, and the destructive sword, are portions of eternity too great for the eye of man.
The fox condemns the trap, not himself.
Joys impregnate. Sorrows bring forth.
Let man wear the fell of the lion. woman the fleece of the sheep.
The bird a nest, the spider a web, man friendship.
The selfish smiling fool,
and the sullen frowning fool shall be both thought wise, that they may be a rod.
What is now proved was once only imagin'd.
The rat, the mouse, the fox, the rabbet; watch the roots; the lion, the tyger, the horse, the elephant, watch the fruits.
The cistern contains: the fountain overflows.
One thought fills immensity.
Always be ready to speak your mind, and a base man will avoid you.
Every thing possible to be believ'd is an image of truth.
The eagle never lost so much time, as when he submitted to learn of the crow.

The fox provides for himself. but God provides for the lion.
Think in the morning. Act in the noon. Eat in the evening. Sleep in the night.
He who has suffer'd you to impose on him knows you.
As the plow follows words, so God rewards prayers.
The tygers of wrath are wiser than the horses of instruction.
Expect poison from the standing water.
You never know what is enough unless you know what is more than enough.
Listen to the fools reproach! it is a kingly title!
The eyes of fire, the nostrils of air, the mouth of water, the beard of earth.
The weak in courage is strong in cunning.
The apple tree never asks the beech how he shall grow; nor the lion, the horse, how he shall take his prey.
The thankful reciever bears a plentiful harvest.
If others bad not been foolish, we should be so.
The soul of sweet delight can never be defil'd.
When thou seest an Eagle, thou seest a portion of Genius. lift up thy head!
As the catterpiller chooses the fairest leaves to lay her eggs, so the priest lays his curse on the fairest joys.
To create a little flower is the labour of ages.
Damn braces: Bless relaxes.
The best wine is the oldest, the best water the newest.
Prayers plow not! Praises reap not!
Joys laugh not! Sorrows weep not!


The head Sublime, the heart Pathos, the genitals Beauty, the hands
and feet Proportion.
As the air to a bird or the sea to a fish, so is contempt to the contemptible.
The crow wish'd every thing was black, the owl, that every thing was white.
Exuberance is Beauty.
If the lion was advised by the fox. he would be cunning.
Improvement makes strait roads, but the crooked roads without Improvement, are roads of Genius.
Sooner murder an infant in its cradle than nurse unacted desires.
Where man is not, nature is barren.
Truth can never be told so as to be understood, and not be believ'd.

Enough! or Too much.

The ancient Poets animated all sensible objects with Gods or Geniuses, calling them by the names and adorning them with the properties of woods, rivers, mountains, lakes, cities, nations, and whatever their enlarged and numerous senses could percieve.
And particularly they studied the genius of each city
and country, placing it under its mental deity;
Till a system was formed, which some took advantage of
and enslav'd the vulgar by attempting to realize or abstract the mental deities from their objects: thus began Priesthood;
Choosing forms of worship from poetic tales.
And at length they pronounc'd that the Gods had order'd such things.
Thus men forgot that All deities reside in the human breast.

 

 

Δ

 

 

Proverbios del infierno

 

Con la siembra aprende, enseña en la cosecha, goza en el invierno.
Surca con tu carro y tu arado la tierra sobre los huesos de los muertos.
El camino del exceso lleva al palacio de la sabiduría.
La prudencia es una rica y fea solterona cortejada por la Incapacidad.
El que desea y no obra engendra peste.
El gusano mutilado perdona al arado.
Sumerge en el río al que ama el agua.
El necio no ve el mismo árbol que el sabio.
Aquel cuyo rostro no da luz nunca será una estrella.
La Eternidad está enamorada de los productos del tiempo.
La abeja atareada no tiene tiempo para el dolor.
Las horas de necedad las mide el reloj, pero no hay reloj que mida las horas de sabiduría. Todo alimento sano se consigue sin red ni trampa.
Calcula el número, el peso y la medida en un año de escasez.
Ningún pájaro llega muy alto si vuela con sus propias alas.
Un cuerpo muerto no se venga de la injuria.
El acto más sublime es poner a otro antes que tú.
Si el necio persistiera en su necedad se volvería sabio.
La necedad es el manto del canalla.
La Vergüenza es el manto del Orgullo.
Las prisiones se construyen con las piedras de la ley, los burdeles con los ladrillos de la Religión.
El orgullo del pavorreal es la gloria de Dios.
La lascivia del chivo es la generosidad de Dios.
La ira del león es la sabiduría de Dios.
La desnudez de la mujer es la obra de Dios.
El exceso de pena ríe. El exceso de dicha llora.
El rugido de los leones, el aullido de los lobos, la furia de la tormenta en el mar y la espada que destruye son partes de la eternidad demasiado grandes para el hombre.
El zorro acusa a 1a trampa, no a él mismo.
La dicha impregna. La pena da a luz.
Que el hombre luzca la melena del león, la mujer el vellón de la oveja.
El pájaro un nido, una tela la araña, la amistad el hombre.
El tonto egoísta sonriente, y el tonto enfurruñado condenatorio serán considerados sabios, con sus cetros.
Lo que hoy está comprobado, fue ayer sólo imaginado
La rata, el ratón y el conejo ven las raíces; el león, el tigre, el caballo, el elefante ven los frutos.
La cisterna contiene, la fuente desborda.
Un pensamiento colma la inmensidad.
Si siempre estás dispuesto a decir la verdad, el vil te evitará.
Todo lo que sea posible creer es una imagen de la verdad.
El águila nunca perdió tanto tiempo como cuando aceptó aprender del cuervo.
El zorro provee para sí mismo, pero Dios provee para el león.
Piensa a la mañana, actúa al mediodía, come al atardecer y duerme a la noche.
El que ha tolerado tus imposiciones te conoce.
Como el arado sigue a las palabras, Dios recompensa las plegarias.
Los tigres de la ira son más sabios que los caballos de la instrucción.
Hay que esperar veneno del agua estancada.
Nunca sabrás lo que es bastante hasta que no sepas qué es más que bastante.
¡Escucha el reproche de los necios! ¡Es un título de nobleza!
Los ojos de fuego, las narices de aire, la boca de agua, la barba de tierra.
El débil en coraje es fuerte en astucia.
El manzano nunca pregunta al abeto cómo crecerá, ni el león pregunta al caballo como capturar su presa.
El que agradece lo recibido da una buena cosecha.
Si otros no hubieran sido necios, lo seríamos nosotros.
Un alma de deleite no puede mancillarse.
Cuando ves un águila, ves una parte del Genio. ¡Levanta la cabeza!
Así como la oruga elige las mejores hojas para poner sus huevos, el sacerdote condena las dichas mejores.
Crear una florcita es un trabajo de siglos. la condena estimula, la bendición calma.
El mejor vino es el más viejo, la mejor agua es la más fresca.
¡Las plegarias no siembran! ¡Las alabanzas no cosechan!
¡Las alegrías no ríen! ¡Los dolores no lloran!
La cabeza es Sublime, el corazón Patético, los genitales Belleza, las manos y los pies Proporción. Como el aire es al pájaro o el mar al pez, así el desprecio para el despreciable. El cuervo querría que todo fuera negro, el búho que todo fuera blanco.
La exuberancia es belleza.
Si el león recibiera consejos del zorro, sería astuto.
El progreso traza caminos rectos, pero los caminos tortuosos sin progreso son los caminos del Genio.
Mejor matar a un niño en la cuna que alimentar deseos sin actuarlos.
Donde no está el hombre la naturaleza es estéril.
La verdad no puede decirse para que sea comprendida y no creída.

¡Basta! O demasiado

Los poetas antiguos animaban todos los objetos sensibles con Dioses o Genios, llamándolos con los nombres y adornándolos con las propiedades de los bosques, ríos, montañas, lagos, ciudades, naciones y de todo aquello que sus expandidos y numerosos sentidos podían percibir.
Y estudiaban en particular el genio de cada ciudad y país, y lo ponían bajo el auspicio de su divinidad mental.
Hasta que se construyó un sistema, que algunos aprovecharon para esclavizar al vulgo intentando concretar o abstraer a las divinidades mentales de sus objetos; así empezó el sacerdocio.
Eligiendo formas de veneración extraídas de los cuentos poéticos.
Y al fin proclamaron que los Dioses así lo habían ordenado.
Así los hombres olvidaron que todas las divinidades residen en el corazón humano.

 

 

Δ

 

 

Proverbios del infierno.

 

En tiempo de siembra, aprende; en tiempo de cosecha, enseña: en invierno, goza.

Conduce fu carro y tu arado sobre los huesos de los muertos.

El camino del exceso conduce al palacio de la sabiduría.

La Prudencia es una vieja solterona rica y fea cortejada por la Incapacidad.

Aquel que desea pero no obra, engendra peste.

El gusano perdona al arado que lo corta.

Sumerge en el río a aquel que ama el agua.

El necio no ve el mismo árbol que ve el sabio.

Jamás se convertirá en estrella aquel cuyo rostro no irradie luz.

La Eternidad está enamorada de las obras del tiempo.

La abeja laboriosa no tiene tiempo para la tristeza.

El reloj cuenta las horas de la necesidad, pero ningún reloj puede contar las horas de la sabiduría.

Los únicos alimentos sanos son aquellos que no coge la red ni el cepo.

Usa número, pesa y medida en un año de escasez.

Ningún pájaro se eleva demasiado alto, si vuela con sus propias alas.

Un cuerpo muerto no venga las injurias.

El acto más sublime consiste en colocar otro delante de ti.

Si el necio persistiera en su necedad se volvería sabio.

Villanía, máscara de la astucia. Pudor, máscara del orgullo.

Las prisiones están construidas con piedras de la Ley, los burdeles con piedras de la Religión.

El orgullo del pavo real es la gloria de Dios.

Lubricidad del chivo, generosidad de Dios.

La cólera del león es la sabiduría de Dios.

La desnudez de la mujer es la obra de Dios.

Exceso de pena, ríe. Exceso de alegría, llora.

El rugido de los leones, el aullido de los lobos, la cólera del mar tempestuoso y la espada destructora son porciones de eternidad demasiado grandes para el ojo del hombre.

La zorra cautiva no acusa sino al cepo.

La alegría, fecunda; el dolor da a luz.

Dejad que el hombre vista la piel del león y la mujer el vellón de la oveja.

El pájaro, un nido; la araña, una tela; el hombre, la amistad.

El necio egoísta y sonriente, y el necio triste y ceñudo serán tenidos por sabios y servirán de norma.

Evidencia de hoy, imaginación de ayer.

La rata, el ratón, la zorra y el conejo cuidan de las raíces; el león, el tigre, el caballo, el elefante, de los frutos.

La cisterna contiene; la fuente rebosa.

Un pensamiento llena la inmensidad.

Está pronto a decir siempre tu opinión, y el ruin te evitará.

Todo lo creíble es una imagen de la verdad.

Nunca perdió más tiempo el águila que cuando escuchó las lecciones del cuervo.

La zorra se provee; pero Dios provee al león.

Piensa por la mañana, obra al mediodía, come por la tarde y duerme por la noche.

Aquel que ha permitido que abuses de el, te conoce.

Como el arado obedece las palabras, Dios recompensa las plegarias.

Los tigres de la cólera son más sabios que los caballos del saber.

Del agua estancada espera veneno.

Nunca sabrás lo que es suficiente a condición de que sepas lo que es más que suficiente.

Escucha el reproche de los necios: es un título real.

Los ojos de fuego, la nariz de aire, la boca de agua, la barba de tierra.

El débil en valor es fuerte en astucia.

Nunca pregunta el manzano al haya cómo crecer, ni el león al caballo cómo coger su presa.

El que agradece lo que recibe, da a luz una abundante cosecha.

Si otros no hubiesen sido necios, nosotros lo seriamos.

El alma llena de dulce placer no puede ser manchada.

En un águila miras una porción de genio. ¡Alza la cabeza!

Así como la oruga elige las hojas mas hermosas para poner sus huevos, el sacerdote deposita su maldición sobre los mejores goces.

Crear una sola flor es trabajo de siglos.

La maldición fortifica; la bendición relaja.

El mejor vino es el más viejo, la mejor agua es la más nueva.

Las plegarias no aran; las alabanzas no maduran.

Las alegrías no ríen. Las tristezas no lloran.

La cabeza, lo Sublime; el corazón, el Pathos; los órganos genitales, la Belleza; los pies y manos, la Proporción.

Como el aire al pájaro o el agua al pez, así el desprecio al despreciable.

La coneja quisiera que todo fuese negro, y el búho que todo fuese blanco.

Exuberancia es Belleza.

El león sería astuto si tomara consejo de la zorra.

El progreso traza los caminos derechos; pero los caminos tortuosos, sin progreso, son los caminos del genio.

Antes asesina a un niño en su cuna que nutras deseos que no ejecutes.

El hombre ausente, la naturaleza estéril.

Nunca puede ser dicha la verdad de manera que pueda ser comprendida sin ser creída.

¡Bastante! o, más aún, demasiado.

Los poetas de la antigüedad animaron los objetos sensibles con dioses y genios, nombrándolos y dotándolos con las propiedades de los bosques, ríos, montañas, lagos, ciudades, naciones y todo lo que sus enormes numerosos sentidos podían percibir.

Estudiaban particularmente el genio de cada ciudad y país colocándolo bajo la tutela de una deidad espiritual.

Bien pronto, para ventaja de algunos y esclavitud de muchos, se formó un sistema intentando dar realidad a las deidades espirituales o abstraerlas de su objeto. Así dio principio el sacerdocio, instituyendo ritos según los relatos poéticos.

Y, al fin, declararon que los Dioses lo habían querido de este modo.

Así olvidaron los hombres que todas las deidades residen en el corazón.

 

[Traducción de Xavier Villaurrutia]

 

 

Δ

 

 

Provérbios do Inferno

 

No tempo de semeadura, aprende; na colheita, ensina; no inverno, desfruta.
Conduz teu carro e teu arado sobre a ossada dos mortos.
O caminho do excesso leva ao palácio da sabedoria.
A prudência é uma rica, feia e velha donzela cortejada pela Impotência.
Aquele que deseja e não age engendra a peste.
O verme perdoa o arado que o corta.
Imerge no rio aquele que ama a água.
O tolo não vê a mesma árvore que o sábio vê.
Aquele cuja face não fulgura jamais será uma estrela.
A Eternidade anda enamorada dos frutos do tempo.
À laboriosa abelha não sobra tempo para tristezas.
As horas de insensatez são medidas pelo relógio, as de sabedoria, porém, não há relógio que as meça.
Todo alimento sadio se colhe sem rede e sem laço.
Toma número, peso
e medida em ano de míngua.
Ave alguma se eleva a grande altura, se se eleva com suas próprias asas.
Um cadáver não revida agravos.
O ato mais alto é priorizar o outro.
Se o tolo persistice em sua tolice, sábio se tornaria.
A tolice é o manto da malandrice.
Prisões se constroem com pedras da Lei; Bordéis, com tijolos da Religião.
A vanglória do pavão é a glória de Deus.
O cabritismo do bode é a bondade de Deus.
A fúria do leão é a sabedoria de Deus.
A nudez da mulher é a obra de Deus.
Excesso de pranto ri. Excesso de riso chora.
O Rugir de leões, o uivar dos lobos, o furor do mar em procela e a espada destruidora são fragmentos de eternidade, demasiado grandes para o olho humano.
A raposa culpa o ardil, não a si mesma.
Júbilo fecunda. Tristeza engendra.
Vista o homem a pele do leão, a mulher, o velo da ovelha.
O pássaro um ninho, a aranha uma teia, homem amizade.
O tolo, egoísta e risonho,
e tolo, sisudo e tristonho, serão ambos julgados sábios, para que sejam exemplo.
O que agora se prova outrora foi imaginário.
O rato, o camundongo, a raposa e o coelho espreitam as raízes: o leão, o tigre, o cavalo e o elefante espreitam os frutos.
A cisterna contém: a fonte transborda.
Uma só idéia impregna a imensidão.
Dize sempre o que pensas e o vil te evitará.
Tudo em que se pode crer é imagem da verdade.
Jamais uma águia perdeu tanto tempo como quando se dispôs a aprender com a gralha.
A raposa provê a si mesma, mas Deus provê ao leão.
De manhã, pensa. Ao meio dia, age. Ao entardecer, come. De noite, dorme.
Quem consentiu que dele te aproveitasses, este te conhece.
Assim como o arado segue as palavras, Deus recompensa as preces.
Os tigres da ira são mais sábios que os cavalos da instrução.
Da água estagnada espera veneno.
Jamais saberás o que é suficiente, se não souberes o que é mais suficiente.
Ouve a crítica do tolo! é um direito régio!
Os olhos de fogo, as narinas de ar, a boca de água, a barba de terra.
O fraco em coragem é forte em astúcia.
A macieira jamais pergunta à faia como crescer; nem o leão ao cavalo como apanhar sua presa.
Quem reconhecido recebe, abundante colheita obtém.
Se outros não fossem tolos, seríamos nós.
A alma imersa em deleite jamais será maculada.
Quando vês uma guia, vês uma parcela do Gênio; ergue a cabeça!
Assim como a lagarta escolhe as mais belas folhas para pôr seus ovos, o sacerdote lança suas maldições sobre as alegrias mais belas.
Criar uma pequena flor é labor de séculos.
Maldição tensiona: Bênção relaxa.
O melhor vinho é o mais velho, a melhor água, a mais nova.
Orações não aram! Louvores não colhem!
Alegrias não riem! Tristezas não choram!
A cabeça, sublime; o coração, Paixão; os genitais, Beleza; mãos e pés, Proporção.
Como o ar para o pássaro, ou o mar para o peixe, assim o desprezo para o desprezível.
O corvo queria tudo negro; a coruja, tudo branco.
Exuberância é Beleza.
Se seguisse os conselhos da rapoza, o leão seria astuto.
O Progresso constrói caminhos retos; mas caminhos tortuosos sem Progresso são caminhos de Gênio.
Melhor matar um bebê em seu berço que acalentar desejos irrealizáveis.
Onde ausente o homem, estéril a natureza.
A verdade jamais será dita de modo compreensível, sem que nela se  creia.

Suficiente! ou Demasiado.

Os Poetas antigos animaram todos os objetos sensíveis com Deuses e Gênios, nomeando-os e adornando-os com os atributos de bosques, rios, montanhas, lagos, cidades, nações e tudo quanto seus amplos e numerosos sentidos permitiam perceber.
E estudaram, em particular, o caráter de cada cidade e país, identificando-os segundo seu deidade mental;
Até que se estabeleceu um sistema, do qual alguns se favoreceram,
e escravizaram o vulgo com o intento de concretizar ou abstrair as deidades mentais a partir de seus objetos: assim comecou o sacerdócio;
Pela escolha de formas de culto das narrativas poéticas.
E proclamaram, por fim, que os Deuses haviam ordenado tais coisas.
Desse modo, os homens esqueceram que todas as deidades residem no coração humano.

 

[Tradução de José Antônio Arantes]

 

 

Δ

 

 

Provérbios do Inferno

No plantio aprende, na colheita ensina, no inverno desfruta.
Leva teu carro e teu arado por sobre os ossos dos mortos.
A estrada do excesso conduz ao palácio da sabedoria
A Prudência é uma rica, feia e velha dama cortejada pela Incapacidade.
Aquele que deseja e não age, cultiva a peste.
O verme cortado perdoa o arado.
Afunda no rio aquele que ama a água.
Um tolo não vê a mesma árvore que o sábio vê.
Aquele cuja face não lampeja, jamais se tornará uma estrela.
A Eternidade namora os frutos do tempo.
A abelha laboriosa não tem tempo para entrevos.
As horas de estupidez são medidas pelo relógio; as de sabedoria, porém, relógio algum pode medir.
Toda comida sadia é conseguida sem rede ou armadilha.
Traz número, peso e medida num ano de privação.
Nenhum pássaro voa muito alto, se voa com as próprias asas.
Um cadáver não revida a agressões.
O mais sublime ato é realizar um outro que o supere.
Se o tolo persistisse em sua tolice, sábio se tornaria.
A tolice é o manto da malandragem.
A vergonha é o manto do orgulho.
Prisões são construídas com pedras da lei, bordéis com tijolos de religião.
O orgulho do pavão é a glória de Deus.
A luxúria do bode é a generosidade de Deus.
A ira do leão é a  sabedoria de Deus.
A nudez da mulher é a obra de Deus.
Excesso de tristeza ri. Excesso de alegria chora.
O rugir dos leões, o uivar dos lobos, a fúria do mar tempestuoso, e a espada destruidora, são porções de Eternidade, grandiosas demais para o olho do homem.
A raposa condena a armadilha, não a si mesma.
Alegrias fecundam. Tristezas fazem germinar.
Que o homem vista a pele do leão e a mulher a da ovelha.
O pássaro um ninho, a aranha uma teia, o homem amizade.
O tolo mesquinho e o risonho, e o tolo sisudo e tristonho, devem ser ambos julgados sábios, para que sirvam de exemplo.
O que agora é provado, foi antes apenas imaginado.
 O rato, o camundongo, a raposa e coelho espreitam as raízes; o leão, o tigre, o cavalo e o elefante espreitam os frutos.
A cisterna contém, a fonte transborda.
Um pensamento preenche a imensidão.
Sempre esteja pronto para dizer o que pensa, e um sujeito desprezível o evitará.
Qualquer coisa em que se possa acreditar é uma imagem da verdade.
A águia nunca perdeu tanto tempo como como quando se submeteu a aprender com a gralha.
A raposa provê a si mesma, mas Deus provê ao leão.
Pensa de manhã, age ao meio-dia, come de tarde, dorme de noite.
Aquele que sofreu a tua imposição, esse te conhece.
Assim como o arado segue as palavras, Deus recompensa as preces.
Os tigres da ira são mais sábios que os cavalos da instrução.
Espera veneno da água parada.
Nunca se sabe o que é suficiente enquanto não se sabe o que é mais do que suficiente.
Ouve a crítica do tolo! É um direito régio!
Os olhos de fogo, as narinas de ar, a boca de água, a barba de terra.
O fraco em coragem é forte em astúcia.
A macieira jamais pergunta a faia como crescer, nem o leão ao cavalo como apanhar sua presa.
O que recebe agradecido obtém colheita abundante.
Se outros não tivessem sido tolos, nós o seríamos.
A alma de doce deleite jamais deve ser maculada.
Quando vês uma águia, vês uma porção de Gênio; levanta a cabeça!
Como a lagarta escolhe as mais belas folhas para por  seus ovos, assim o sacerdote amaldiçoa as mais belas alegrias.
Criar uma pequena flor é labor de anos.
Maldição tensiona, bênção relaxa.
O melhor vinho, o mais velho.
A melhor água, a mais nova.
Orações não aram! Louvores não colhem!
Alegrias não riem! Tristezas não choram!
A cabeça sublime, o coração Pathos, os genitais Beleza, mãos e pés Proporção.
Como o ar para um pássaro e o mar para um peixe, assim é o desprezo para o desprezível.
A gralha queria que tudo fosse negro, a coruja que tudo fosse branco.
Exuberância é Beleza.
Se o leão fosse aconselhado pela raposa, seria astuto.
O progresso constrói estradas retas, mas as estradas tortuosas sem Progresso, são estradas de Gênio.
Antes matar um bebê no berço que cuidar de desejos não realizados.
Onde o homem não está, a natureza é estéril.
A verdade nunca pode ser dita para que seja compreendida sem que nela se possa acreditar.
Suficiente! Ou Demasiado.

Os antigos poetas animavam todos os objetos sensíveis com Deuses ou Gênios, chamando-os por nomes e adornando-os com as propriedades das florestas, rios, montanhas, lagos, cidades, nações e tudo o que seus vastos e numerosos sentidos podiam perceber.
E estudaram em particular o gênio de cada cidade e país, colocando-o sob sua deidade mental;
até que um sistema foi formado, do qual alguns se aproveitaram, e escravizaram o vulgo com o intento de criar ou abstrair as deidades mentais de seus objetos: assim começou o Sacerdócio.
Escolhendo formas de adoração tiradas dos contos poéticos. E com o tempo, pronunciaram que os deuses tinham ordenado tais coisas.
Assim o homem se esqueceu que todas as deidades residem no peito humano
.

 

[Tradução de Dênis Urgal]

 

 

Δ

 

 

A Poison Tree

 

I was angry with my friend:
I told my wrath, my wrath did end.
I was angry with my foe:
I told it not, my wrath did grow.

And I water'd it in fears,
Night and morning with my tears;
And I sunnèd it with smiles,
And with soft deceitful wiles.

And it grew both day and night,
Till it bore an apple bright;
And my foe beheld it shine,
And he knew that it was mine,

And into my garden stole
When the night had veil'd the pole:
In the morning glad I see
My foe outstretch'd beneath the tree.

 

 

Δ

 

 

Un albero avvelenato

 

Ero aridato col mio amico,
dissi la mia ira, la mia ira finì;
ero aridato col mio nemico,
non la dissi, la mia ira crebbe.

E l'ho bagnata di timori,
notte e mattino con le mie lacrime,
e le ho dato il sole di sorrisi
e dolci ingannevoli astuzie.

Ed è cresciuta sia di giorno che di notte,
finchè ha portato una mela luminosa;
ed il mio nemico la vide risplendere,
e seppe che era mia.

E penetrò nel mio giardino
quando la notte aveva velato il cielo;
nella mattina lieto vedo
il mio nemico steso morto sotto l'albero.

 

 

Δ

 

 

A memorable fancy

 

An Angel came to me and said: "O pitiable foolish young man! O horrible! O dreadful state! consider the hot burning dungeon thou art preparing for thyself to all eternity, to which thou art going in such career."

I said: "Perhaps you will be willing to shew me my eternal lot, and we will contemplate together upon it, and see whether your lot or mine is most desirable."

So he took me thro' a stable and thro' a church and down into the church vault, at the end of which was a mill: thro' the mill we went, and came to a cave: down the winding cavern we groped our tedious way, till a void boundless as a nether sky appear'd beneath us, and we held by the roots of trees and hung over this immensity; but I said: "if you please, we will commit ourselves to this void, and see whether providence is here also: if you will not, I will:" but he answer'd: "do not presume, O young man, but as we here remain, behold thy lot which will soon appear when the darkness passes away."

So I remain'd with him, sitting in the twisted root of an oak; he was suspended in a fungus, which hung with the head downward into the deep.

By degrees we beheld the infinite Abyss, fiery as the smoke of a burning city; beneath us, at an immense distance, was the sun, black but shining; round it were fiery tracks on which revolv'd vast spiders, crawling after their prey, which flew or rather swum, in the infinite deep, in the most terrific shapes of animals sprung from corruption; and the air was full of them, and seem'd composed of them: these are Devils, and are called Powers of the air. I now asked my companion which was my eternal lot? he said: "between the black and white spiders."

But now, from between the black and white spiders, a cloud and fire burst and rolled thro' the deep, blackning all beneath, so that the nether deep grew black as a sea, and rolled with a terrible noise; beneath us was nothing now to be seen but a black tempest, till looking east between the clouds and the waves, we saw a cataract of blood mixed with fire, and not many stones' throw from us appear'd and sunk again the scaly fold of a monstrous serpent; at last, to the east, distant about three degrees, appear'd a fiery crest above the waves: slowly it reared like a ridge of golden rocks, till we discover'd two globes of crimson fire, from which the sea fled away in clouds of smoke; and now we saw it was the head of Leviathan; his forehead was divided into streaks of green and purple like those on a tyger's forehead: soon we saw his mouth and red gills hang just above the raging foam, tinging the black deep with beams of blood, advancing toward us with all the fury of a spiritual existence.

My friend the Angel climb'd up from his station into the mill: I remain'd alone; and then this appearance was no more, but I found myself sitting on a pleasant bank beside a river by moonlight, hearing a harper, who sung to the harp; and his theme was: "The man who never alters his opinion is like standing water, and breeds reptiles of the mind."

But I arose, and sought for the mill, and there I found my Angel, who, surprised, asked me how I escaped?

I answer'd: "All that we saw was owing to your metaphysics; for when you ran away, I found myself on a bank by moonlight hearing a harper.But now we have seen my eternal lot, shall I shew you yours?" he laugh'd at my proposal; but I by force suddenly caught him in my arms, and flew westerly thro' the night, till we were elevated above the earth's shadow; then I flung myself with him directly into the body of the sun; here I clothed myself in white, and taking in my hand Swedenborg's volumes, sunk from the glorious clime, and passed all the planets till we came to saturn: here I stay'd to rest, and then leap'd into the void between saturn and the fixed stars.

"Here," said I, "is your lot, in this space - if space it may be call'd." Soon we saw the stable and the church, and I took him to the altar and open'd the Bible, and lo! it was a deep pit, into which I descended, driving the Angel before me; soon we saw seven houses of brick; one we enter'd; in it were a number of monkeys, baboons, and all of that species, chain'd by the middle, grinning and snatching at one another, but witheld by the shortness of their chains: however, I saw that they sometimes grew numerous, and then the weak were caught by the strong, and with a grinning aspect, first coupled with, and then devour'd, by plucking off first one limb and then another, till the body was left a helpless trunk; this, after grinning and kissing it with seeming fondness, they devour'd too; and here and there I saw one savourily picking the flesh off of his own tail; as the stench terribly annoy'd us both, we went into the mill, and I in my hand brought the skeleton of a body, which in the mill was Aristotles Analytics.

So the Angel said: "thy phantasy has imposed upon me, and thou oughtest to be ashamed."

I answer'd: "we impose on one another, and it is but lost time to converse with you whose works are only Analytics."

Opposition is true Friendship.

I have always found that Angels have the vanity to speak of themselves as the only wise; this they do with a confident insolence sprouting from systematic reasoning.

Thus Swedenborg boasts that what he writes is new: tho' it is only the Contents or Index of already publish'd books.

A man carried a monkey about for a shew, and because he was a little wiser than the monkey, grew vain, and conciev'd himself as much wiser than seven men. It is so with Swedenborg: he shews the folly of churches, and exposes hypocrites, till he imagines that all are religious, and himself the single one on earth that ever broke a net.

Now hear a plain fact: Swedenborg has not written one new truth. Now hear another: he has written all the old falsehoods.

And now hear the reason. He conversed with Angels who are all religious, and conversed not with Devils who all hate religion, for he was incapable thro' his conceited notions.

Thus Swedenborg's writings are a recapitulation of all superficial opinions, and an analysis of the more sublime - but no further.

Have now another plain fact. Any man of mechanical talents may, from the writings of Paracelsus or Jacob Behmen, produce ten thousand volumes of equal value with Swedenborg's, and from those of Dante or Shakespear, an infinite number.

But when he has done this, let him not say that he knows better than his master, for he only holds a candle in sunshine.

 

 

Δ

 

 

Visión memorable

 

Un ángel vino a mí y dijo: "¡Oh, joven necio, digno de lástima! ¡Horrible, espantable estado el tuyo! Piensa en el calabozo abrasador que te preparas por toda la eternidad y a donde te lleva el camino que sigues."

Yo dije: "Tal vez pudrías mostrarme mi lugar eterno. Juntos lo contemplaremos hasta ver que sitio es más de­seable: el tuyo o el mío."

Entonces me llevó a través de un retablo, a través de una iglesia y, después, hacia abajo, a la cripta de la iglesia en cuyo extremo había un molino. Entramos en el molino y llegamos a una caverna. A tientas seguimos nuestro tedioso trayecto, bajo la tempestuosa caverna hasta llegar a un espacio vacío que apareció sobre nosotros como un cielo; agarrándonos a las raíces de los árboles logramos colgarnos dominando esta inmensidad.

Entonces dije: "Si quieres, nos abandonaremos a este vacío para ver si también en el está la Providencia. Si tú no quieres, yo sí quiero."

Mas él respondió: "Joven presuntuoso, ¿no te basta contemplar tu lugar estando aquí? Cuando cese la oscuridad, aparecerá."

Permanecí entonces, cerca del Ángel, sentado en los enlaces de las raíces de un roble, y el Ángel quedó suspendido en un hongo que colgaba su cabeza sobre el abismo.

Poco a poco, la profundidad infinita tornóse distinta, rojiza como el humo de una ciudad incendiada. Sobre nosotros, a una distancia inmensa, el sol negro y brillante. En torno al sol huellas de fuego; y sobre las huellas caminaban arañas enormes, arrastrándose hacia sus víctimas que volaban o, más bien, nadaban en la profundidad infinita, en forma de animales horribles, salidos de la corrupción; y el espacio estaba lleno y parecía por ellos formado. Son los demonios, llamados Potencias del aire.

Pregunté a mi compañero cuál era mi lugar eterno. Y dijo; "Entre las negras y blancas."

Pero en ese momento, entre las arañas negras y blancas una nube de fuego estalló rodando a través del abismo, ennegreciendo todo lo que encontraba bajo ella al punto que el abismo inferior quedó negro como un mar y se estremeció con un ruido espantoso.

Nada se podía ver debajo de nosotros, sino una negra tempestad hasta que, mirando hacia el Oriente, entre las nubes y las olas, vimos una cascada en medio de sangre y fuego y, distante de nosotros sólo unos tiros de piedra, apareció nuevamente el repliegue escamoso de una serpiente monstruosa. Por último, hacia el Oriente, cerca de tres grados distante, apareció, sobre las olas, una cresta inflamada; se elevó lentamente como una cima rocosa, y vimos dos globos de fuego carmesí, y el mar se escapaba de ellos en nubes de humo. Comprendimos que aquello era la cabeza de Leviathan: la frente surcada de estrías de color verde y púrpura como las de la frente del tigre; de pronto, vimos sus fauces, y sus branquias rojas colgaban sobre la espuma enfurecida tiñendo el negro abismo con rayos de sangre, avanzando hasta nosotros con la fuerza de una existencia espiritual.

El Ángel mi amigo escaló su sitio en el molino. Quedó solo. La aparición dejó de serlo. Y me encontré sentado en una deliciosa terraza, al borde de un río, al claro de luna, oyendo cantar a un arpista que se acompañaba con su instrumento. Y el tema de su canción era: "El hombre que no cambia de opinión es como el agua estancada: engendra los reptiles del espíritu."

En seguida, me puse en pie y partí en busca del molino donde encontré a mi Ángel que, sorprendido, me preguntó cómo había logrado escapar.

Respondí: "Todo lo que vimos juntos procedía de tu metafísica; después de tu fuga, me hallé en una terraza oyendo a un arpista, al claro de luna. Mas ahora que hemos visto mi lugar eterno, ¿puedo enseñarte el tuyo?"

Mi proposición le hizo reír; mas yo, de pronto, le estreché en mis brazos y volé a través de la noche de Occidente y, así, nos elevamos sobre la sombra de la tierra; con el, me lance derecho al cuerpo del sol, allí me vestí de blanco y, tomando los libros de Swedenborg, abandoné esta región gloriosa y, dejando atrás los demás planetas, llegamos a Saturno. Allí me detuve a fin de reposar. En seguida, me lancé al vacío, entre Saturno y las estrellas fijas.

Le dije: "He aquí tu lugar en este espacio, si así puede llamarse."

Súbitamente, vimos el establo y la iglesia y lo llevé al altar y abrí la Biblia, y he aquí un pozo profundo al que descendía llevando al Ángel delante de mí. De pronto, vimos siete casas de ladrillo y entramos en una. Había en ella un gran número de monos, cinocéfalos y todos los de su especie encadenados por la mitad de su cuerpo, gesticulando y mordiéndose los unos a los otros. mas impedidos por lo corto de sus cadenas. Sin embargo, me pareció que algunas veces su número aumentaba, y que los fuertes devoraban a los débiles y que, gesticulando siempre, primero copulaban con ellos para devorarlos después, arrancando un miembro primero y después otro, hasta que no quedaba sino un miserable tronco que basaban haciendo muecas de ternura para devorarlo al fin. Y aquí y allá, vi a algunos saboreando la carne de su propia cola. El mal olor nos incomodaba horriblemente. Entramos al molino. Mi mano atrajo el esqueleto de un cuerpo que fue, en el molino, los Analíticos de Aristóteles.

El Ángel me dijo: "Tu fantasía se ha impuesto a mi; esto, debería ruborizarte."

Respondí: "Cada uno impone al otro su fantasía, y es tiempo perdido conversar contigo que no has producido sino Analíticos.''

Siempre me ha parecido que los Angeles tienen la vanidad de hablar de sí mismos como si sólo ellos fueran sabios; lo hacen con una confianza insolente que nace del razonamiento sistemático.

Así Swedenborg se envanece de que cuanto escribe es nuevo, aunque sólo es un índice o un catálogo de libros publicados antes.

Un hombre lleva un mono a una fiesta y porque era un poco más sabio que el mono se infló de vanidad y se consideró más sabio que siete hombres.

Así es el caso de Swedenborg que muestra la locura de las iglesias y quita la máscara a los hipócritas e imagina que todos los hombres son religiosos y que él es el único hombre en la tierra que rompió las mallas de la red.

Ahora, oíd el hecho tal como es: Swedenborg no ha escrito una sola verdad nueva.

Y ahora, oíd la causa: conversaba con los ángeles que son, todos, religiosos, y no conversaba con los demonios que odian la religión, porque sus prejuicios lo hacían incapaz.

Así es que las obras de Swedenborg son una recapitulación de todas las opiniones superficiales, y un análisis de las más sublimes; nada más.

He aquí otro hecho: cualquier hombre de talento mecánico puede extraer de las obras de Paracelso o de Jacob Behmen diez mil volúmenes de igual valor que los de Swedenborg, y un número infinito de los libros de Dante o Shakespeare.

Pero, cuando lo haya hecho, que no pretenda saber más que su maestro porque sólo sostiene una bujía en pleno sol.

 

[Traducción de Xavier Villaurrutia]

 

 

Δ

 

 

Uma Visão Memorável

 
Um Anjo veio para mim e disse: "Oh lamentável, tolo jovem! Oh horrível! Pavoroso estado! Considera a ardente masmorra que estás preparando para ti mesmo por toda a Eternidade, para a qual estás indo em tal carreira!"


  Eu disse: "Talvez gostarias de mostrar-me meu Destino Eterno, e refletindo juntos a respeito, veremos se o teu ou o meu é mais desejável."


  Então, levou-me por um estábulo, e por uma igreja, e para o interior do sepulcro da igreja, dentro do qual havia um moinho; através do moinho fomos, e chegamos a uma caverna: pela caverna sinuosa adentro tateamos nosso tedioso caminho, até que um vazio vasto como um céu rebaixado se mostrou a nós, e nos seguramos nas raízes das árvores e pairamos sobre a imensidão; mas eu disse: "se me permites, vamos entregar-nos a este vazio e ver se a providência aí também se encontra: se não fores, eu irei." Mas ele respondeu: Não seja presunçoso, jovem homem, mas já que aqui estamos, contempla tua sina, que em breve aparecerá, quando as trevas tenham se dissipado."


  Permaneci, ent
ão, com ele, sentado sobre a raiz retorcida de um carvalho; ele se mantinha suspenso por um cogumelo que pendia com a cabeça voltada para o abismo.


  Pouco a pouco contemplamos o abismo infinito, ardente como a fumaça de uma cidade em chamas; atrás de nós, a uma imensa distância, estava o sol, negro, mas brilhante; ao seu redor, trilhas ardentes nas quais se revolviam enormes aranhas, rastejando atrás de suas presas que voavam, ou antes, nadavam no abismo infinito, nas mais terríveis formas de animais nascidos da corrupção; e o ar estava cheio deles, e parecia composto por eles: esses são os demônios, e são chamados Poderes do ar. Perguntei então a meu companheiro onde estava meu destino eterno? Ele disse: "entre as aranhas negras e as brancas
”.


Mas agora, dentre as aranhas negras e brancas, uma nuvem e um fogo irromperam e rolaram espaço adentro, enegrecendo tudo embaixo, de forma que o baixo abismo ficou negro como um mar, e rolou com um terrível ruído; abaixo de nós nada mais se via senão uma negra tempestade, até que, olhando para leste, entre as nuvens e as ondas, avistamos uma catarata de sangue mesclado com fogo e, a não muitas pedras  de distância, emergiu e afundou de novo a escamosa pele de uma monstruosa serpente; por fim, a leste, distante aproximadamente três graus, surgiu a crista ardente sobre as ondas; lentamente ela se elevou como uma cadeia de montanhas douradas, até descobrirmos dois globos de fogo carmim, dos quais o mar se expandia em nuvens de fumaça; e então vimos que era a cabeça de Leviatã; sua fronte estava dividida em listras verde e púrpura como as da fronte de um tigre: logo vimos sua boca e guelras rubras pendiam por sobre a espuma raivosa, tingindo o negro abismo com raios de sangue, avançando em direção a nós com toda a força de uma existência espiritual.


Meu amigo o Anjo galgou desde seu posto até o moinho: eu permaneci só, e então não havia mais essa aparição, mas encontrei-me sentado em uma agradável encosta à beira de um rio ao luar, ouvindo um harpista, que cantava ao som de sua harpa; e seu tema era:

 

"O homem que nunca altera sua opinião é como água parada, e engendra répteis da mente".


  Mas eu me levantei e procurei o moinho, e lá encontrei meu Anjo, que, surpreso, perguntou-me como escapei?


  Eu respondi: "Tudo o que vimos deveu-se à tua metafísica; pois quando fugiste, encontrei-me numa encosta ao luar ouvindo um harpista. Mas agora que vimos meu destino eterno, devo mostrar-te o teu?" Ele riu de minha proposta; mas eu, à força, subitamente tomei-o em meus braços, e voamos noite adentro em direção a oeste, até sermos elevados acima da sombra da terra; então me atirei com ele diretamente para dentro do corpo do sol; ali, vesti-me de branco, e tomando em minha mão volumes de Swedenborg, deixei-me cair da região gloriosa e passei todos os planetas até chegar a Saturno: lá parei para descansar e então saltei para dentro do vácuo entre Saturno e as estrelas fixas.


  "Aqui", disse eu, "está teu destino, neste espaço, se de espaço pode ser chamado". Logo avistamos a igreja, e levei-o até o altar e abri a bíblia e ah! Era um poço profundo, para dentro do qual desci, guiando o Anjo à minha frente: logo vimos sete casas de tijolos, em uma entramos; dentro, havia uns quanto macacos, babuínos, e todos dessa espécie, acorrentados pela cintura, arreganhando os dentes e agarrando-se uns aos outros, mas detidos pelo curto alcance de suas correntes: no entanto, vi que eles às vezes tornavam-se numerosos, e então os fracos eram pegos pelos fortes, e com dentes arreganhados, primeiro copulavam com eles e então os devoravam, arrancando-lhes primeiro um membro, depois outro, até que o corpo se reduzisse a um tronco miserável: este, após mostrarem-lhe os dentes e beijá-lo com aparente afeto, devoravam também; e aqui e ali vi um saborosamente mordendo a carne de sua própria cauda; como o fedor nos incomodasse a ambos terrivelmente, entramos no moinho, e em minha mão trazia um esqueleto, que no moinho era a Analítica de Aristóteles.


  Então o Anjo disse: "tua fantasia se impôs sobre mim, e deverias estar envergonhado."


  Eu respondi: "Nós nos impusemos um ao outro, e é perda de tempo conversar contigo, cujas obras não passam de Analítica."

 
Oposição é verdadeira amizade.


Eu sempre achei que os anjos têm a vaidade de falar de si mesmos como os únicos sábios; isto o fazem com uma confiante insolência, surgida do raciocínio sistemático.


  Assim Swedenborg se vangloria de que o que ele escreve é novo: embora seja apenas um Sumário ou Índice de livros já publicados.


  Um homem levou consigo um macaco para mostrá-lo, e por quê era um pouco mais sábio que o macaco, envaideceu-se e julgou-se mais sábio que sete homens. O mesmo ocorre com Swedenborg: ele mostra a estupidez das igrejas, e expõe hipócritas, até imaginar que todos são religiosos e ele mesmo o único na terra que jamais rompeu barreiras.


  Agora ouçam um fato evidente: Swedenborg não escreveu uma só verdade nova. Agora ouçam outro: ele escreveu todas as velhas falsidades.


  E agora ouçam a razão. Ele conversava com Anjos, que são todos religiosos, e não com Demônios, que odeiam  todos religião, pois ele era incapaz dentro de suas noções presunçosas.


  Assim os escritos de Swedenborg são uma recapitulação de todas as opiniões superficiais,
e uma análise das mais sublimes, mas nada mais.


  Ouçam agora outro fato evidente. Qualquer homem de talentos mecânicos pode, a partir dos escritos de Paracelso ou Jacob Boehme, produzir dez mil volumes de igual valor aos de Swedenborg, e daqueles de Dante ou Shakespeare, um número infinito.


  Mas que, ao fazê-lo, não o deixem dizer que sabe mais do que seu mestre, pois ele apenas segura uma vela à luz do sol.

 

 

[Tradução de Dênis Urgal]

 

 

Δ

 

 

Jerusalem. Del capítol IV

 

Jerusalem, oh bella i suau; oh Shiloh d'Efraïm, dalt la serra!

Veig les teves portes de gemmes, els teus murs d'or i plata.

De l'Home adormit ets la imatge suaument reflectida,

de qui, ajegut als roquissers d'Albió, entre aquelles vint-i-vuit ciutats,

on acaba gentilment Beulah a les valls i a les comes

d'Albió, les ciutats encar no encarnades en el Temps i l'Espai: sembreu les semences,

oh germanes, al pit del Temps i a l'entranya

de l'Espai, perquè s'alcin tot d'una, Jerusalem, per a tu, de l'adormida Albió gentil ombra.

¿Per què esquinçar-te voldries i bastir-te un reialme

terrenal, i regnar dins l'orgull, i oprimir, i fer un beuratge a la Copa enganyosa?

Oh tu que habites amb Babilònia! Oh gentil, vine, atansa't!

Jerusalem bella i suau, veig alada la teva forma, amb sis ales,

al pit opac del Dorment, bella i triple,

amb cap, cor i lloms, tres Universos d'amor i bellesa.

El teu front resplendent, sant als ulls del Senyor i amb portes de perla,

l'Eternitat reflecteix; dessota, blaves, les ales de fi plomissol, amb uns nervis

delicats i cobertes de plomes d'or, blau i púrpura,

dalt les teves blanques espatlles sagradament a la puresa fan ombra!

I damunt, amb plomatge del suau carmesí dels robins, resplendents com a flames,

obrint-se cap a l'atzur, unes ales que semblen

el dosser sobre el Cap immortal on habita

l'Eternitat. Albió, terra estimada! Veig les teves muntanyes i comes,

les teves valls i amables ciutats, que són als ulls del Senyor cosa santa.

Els espectres veig dels teus morts, oh emanada

d'Albió! El teu pit blanc i translúcid, que immortals gemmes cobreixen,

majestuós ornament, sense obscurir la bellesa en els seus contorns, terrible a l'esguard de tan bella i perfecta;

les tribus d'Israel veig ací, totes dotze,

a la Terra Sagrada. I veig el Riu de la Vida i veig l'Arbre

de la Vida i la Nova Jerusalem que del cel ara baixa,

entre les teves ales d'argent, immortals i cobertes de plomes,

clares com l'iris, talment el núvol del Sol en el seu tabernacle.

 

Els teus lloms, coberts d'ales translúcides, que es pleguen

de vegades o s'obren, enllà, revelen les flames

de la Santedat, que cobreix talment un vestit o el vel d'algun àngel,

i amb foc de flama incessant d'Etemitat a Eternitat crema sempre.

Israel veig allí, en dotze estols, a dins de les tendes;

una columna de núvol si és dia i de nit una columna

de foc va guiant-los; Moab, Ammon i Amalec veig allí. I allí unes campanes

d'argent tens, vives, al volt dels genolls i articulen

sons d'amor i harmonia que donen conhort, i als peus dus sandàlies

d'or i perla, i veig davant meu l'Egipte i l'Assíria,

les illes de Javan, la terra dels filisteus, Tir i la serra del Líban...

 

Jeu, fred, Albió damunt de la roca: li baten entorn el mal temps, les nevades,

dessota aquelles fornals i les rodes d'estrelles i el perdurable fossar;

el cobreixen vents udolants; les mars que bruelen s'hi llancen amb fúria;

en la profunda foscor llamps amples fulguren, rodolen els trons llargament.

Peus i mans li embolcalla l'herbei de la Mort, mogut sempre

 i sempre mullat per l’onatge inquiet de la mar, enllà ple d'escuma,

damunt el penyal blanquinós. Anglaterra, una ombra de dona, talment les terres humides i insanes

on Cornualles té mines, i Derby, el comtat, damunt el seu pit reposa, feixuga,

remoguda pel vent en denses masses de núvols, retornant, doblegant-se

al voltant dels seus lloms, del seu pit; i no l'esvaeixen les maltempsades que s'inflen, ni el so esquinçador, poderós

dels trons aïrats. Al volt d'ells, les rodes d'estrelles que són els seus Fills gegantins

 

giravolten, i les fornals que té Los i al volt del fossar perdurable,

i s'està Erin asseguda al fossar, perquè els sotgi tothora, de nit i de dia:

i lluny de totes les nacions de la Terra, el cos d'Albió és ben reclòs.

 

Damunt d'ells xiscla l'àliga, amb ales ossudes, i al volt

udola el llop de la fam; pregon, bleixa el negre Oceà, fent un so de tronada

entorn de la vesta que porta Albió, ben menjada pels verms, i després en silenci de mort s'apaivaga.

 

I junts conversaven, en estranyes, dramàtiques formes, que, totes brillants,

de les seves llengües sorgien amb majestat de tempesta, i en visions

d'indrets amples i nous, maneres creant d'intel·lecte i memòria,

creant l’espai i creant també el temps, segons les meravelles divines

de quan l'home imagina, creuant, immenses, les tres regions

d'infantesa, anys madurs i vellesa; i tot el terrible, insondable no-ésser

de la Mort va ser vist en noves naixences, tremendes o amables, mudant

segons el tema d'aquella conversa; i cada mot, cada lletra

eren humans segons l'expandir-se, el contreure's, segons la transparència

o l'opacitat dels filaments nerviosos: tal era aquella mudança del temps i l'espai,

que varien talment com els òrgans que els saben percebre; d'ací d'allà resseguien

l'Eternitat, com un home tot sol, entre ells reflectint-se, vistos ben clars

i veient, segons ordre i mesura. I Jehovà vaig sentir que parlava,

terrible en el seu indret, i vaig veure les paraules del Pacte diví

damunt carros d'or i joiells, amb vivents criatures, estrellades i ardents

de tots els colors: el tigre, el lleó i el cavall, l'elefant i el colom, la mosca i el verm,

i, tota meravellosa, la serp coberta de gemmes, amb gran riquesa vestida...

 

 

[Traducció de Marià Manent]

 

 

Δ

 

 

| entrada | Llibre del Tigre | sèrieAlfa | varia | Berliner Mauer |