[Poetas de la tierra, ciudadanos de la página:

Mínima cronología comentada de la poesía mapuche contemporánea]

 

JaimeLuis  Huenún

 

 El surgimiento y la consolidación de poetas mapuche es ciertamente uno de los  acontecimientos literarios y culturales más relevantes ocurridos en Chile  en las últimas dos décadas. La repercusión e interés por las obras de  escritores mapuches, especialmente poetas, se ha consolidado gradualmente  en los círculos académicos, literarios y periodísticos a través de entrevistas, publicaciones, tesis, investigaciones, encuentros y congresos en los que estos autores y sus obras son considerados con frecuencia, tanto en sus dimensiones estrictamente literarias y estéticas como también en los alcances y complejidades de carácter etnográfico, antropológico, lingüístico, intercultural y político que suscitan sus obras y sus discursos  públicos.

 

 Para algunos investigadores este proceso se inicia en 1966, año en que  se publica en Santiago de Chile el cuadernillo “Cuatro Poemas Mapuches en Castellano”, volumen  bilingüe cuyo autor es el profesor normalista Sebastián Queupul Quintremil. A juicio del académico y crítico Iván Carrasco de la Universidad Austral de Valdivia, esta pequeña obra marcaría el comienzo de lo que hoy se conoce como “poesía mapuche”, la que formaría parte de una particular tendencia lírica que él denomina “poesía etnocultural”, es decir, una poesía que privilegia  temas, lenguajes y visiones surgidas del inevitable y friccionado contacto que las sociedades  mapuche, criolla  y europea colonizadora han mantenido desde hace más de 150 años en el sur de Chile.

 

 Sin embargo, ya en la antología “Selva Lírica” de 1917 aparece registrada parte de la obra de  Segundo Jara Calvún, un poeta nómade de origen mapuche, y en 1939 Anselmo Quilaqueo Curaquea publica “Cancionero Araucano”. Pero a pesar de estos antecedentes, no es sino a fines de la década de los ‘80 que comienza a generarse un movimiento literario de mayor amplitud e impacto.

 

 En 1988, Elicura Chihuailaf publica en Temuco una pequeña autoedición de su libro titulado “En el País de la Memoria”, texto de carácter experimental en el que este autor hace un intenso uso de las tipografías, páginas en color, el collage lingüístico y  reproducciones de fotografías y fragmentos de artículos de prensa que refieren los altos niveles de discriminación sufridos por el pueblo mapuche a lo largo del siglo XX.

Al año siguiente,  la Editorial Universitaria edita  el libro de poemas bilingües “Se ha despertado el ave de mi corazón” del joven Leonel Lienlaf, con prólogo de Raúl Zurita. Sin duda es este  libro, gracias a la obtención del Premio Municipal de Literatura de Santiago versión 1990, el  que inicia  a nivel mediático la aceptación gradual y sostenida de los poetas mapuches en el escenario de la literatura chilena. Este hecho, unido al apoyo y simpatía que Lienlaf logra concitar de parte de ciertos sectores artísticos e intelectuales capitalinos, lo convierten en un poeta  que logra incluso despertar el interés de algunos programas  televisivos en los que ocasionalmente es presentado como “el nuevo Neruda” de las letras nacionales.

 En 1991, Chihuailaf publica “El invierno, su imagen y otros poemas azules” (Ediciones Literatura Alternativa, edición bilingüe), un volumen en el que decanta y purifica el estilo de su texto anterior y que lo posiciona en un lugar relevante de la institucionalidad literaria chilena y con el cual inicia la serie de textos construidos en torno a la sacralidad que – desde la perspectiva de Chihuailaf- el pueblo mapuche le otorga al  color azul, textos que además están fundamentados en la teoría de la “Oralitura” que este autor ha venido difundiendo sistemáticamente.

 

 El año 1991, Sonia Caicheo - poeta huilliche de la isla de Chiloé- publica la primera edición de “Rabeles al Viento”, libro que cuenta con una segunda edición corregida  de 1994. Una década antes, esta autora  había publicado el volumen  “Recortando Sombras” y un par de obras de teatro. El trabajo lírico de Sonia Caicheo  testimonia el sincretismo entre el catolicismo y las creencias indígenas y las arraigadas tradiciones culturales isleñas, opción que resurge con fuerza y recogimiento en su último libro titulado “Salve Dolorosa” editado en 1999.

 

 En 1994 el poeta Lorenzo Aillapán, conocido como el Hombre Pájaro Mapuche, obtiene en Cuba el Premio Casa de Las Américas de Poesía Indígena con su trabajo bilingüe “UÑUMCHE / Hombre Pájaro”, libro que fuera posteriormente editado en Colombia y que es prácticamente desconocido en Chile. La poesía de Aillapan se despliega en este libro como un torrente de imágenes naturales y emotivas,  construidas con los recursos de la oralidad y de la sonoridad ambiental propia de las comunidades rurales de la zona costera de Puerto Saavedra ubicada en  la novena región de Chile.

 

 Ese mismo año se realiza en Temuco el encuentro de escritores mapuche y chilenos denominado “ZUGUTRAWUN: Encuentro en la Palabra”, organizado por el escritor Jaime Valdivieso y el poeta Elicura Chihuailaf. Este evento convocó a poetas chilenos de la talla de Nicanor Parra, Jorge Teillier, Gonzalo Rojas, Gonzalo Millán, Armando Uribe Arce y novelistas como Jorge Guzmán, Guido Eytel, Marcela Serrano entre otros, situación  que ciertamente contribuyó a generar una alta participación de público y una masiva cobertura de la prensa nacional y local.

 

 A fines de ese año Elicura Chihuailaf obtiene el premio del Consejo Nacional del Libro y la Lectura por la versión inédita de su libro “De Sueños Azules y Contrasueños”  el que finalmente es editado por Editorial Universitaria en 1995. El  año 2000 este autor logra el Premio Municipal de Literatura (Santiago) en la categoría ensayo con su libro “Recado Confidencial a los Chilenos”.

 

 El año 1998 , Cecilia Vicuña - poeta chilena radicada en EE.UU- edita “Ül : four mapuche poets” , una muestra trilingüe (inglés, mapudungun, castellano), que incluye a Lienlaf, Chihuailaf, Huenún y Huinao y que es hasta ahora la única antología de poesía mapuche publicada en lengua inglesa.

 

 Posteriormente se han publicado libros, tanto en Santiago como en regiones, que han intensificado y complejizado  la pluralidad y diversidad de las concepciones estéticas  y escriturales adoptadas por estos poetas. Al respecto, en 1998 César Millahueique da a conocer “Profecía en Blanco y Negro” (autoedición) y en 1999 la editorial de la Universidad de Santiago publica “Pulotre : testimonios de una Comunidad Huilliche” de Bernardo Colipán y “Ceremonias” de Jaime Huenún.

 

 Al año siguiente, Faumelisa Manquepillán publica “Sueño de Mujer/Pewma Zomo” y el año 2001 Graciela Huinao presenta  en Santiago su libro bilingüe “Walinto”.

 

 El año 2002 el poeta Paulo Huirimilla Oyarzo obtiene el primer lugar en el concurso regional de literatura “Luis Oyarzún” con el breve volumen “El Ojo de Vidrio”(Ed. Kultrún y Depto de Cultura Secreduc, X Región, año 2002) . Ese mismo año, la Pontificia Universidad Católica de Villarrica publica el texto "Puliwen ñi Pewma / Sueño de un Amanecer" de  María Isabel Lara Millapán.

 

 En noviembre del año 2002 , Paulo Hurimilla y Jaime Huenún organizan en Osorno el encuentro “Trawun Ülkantun Mapu”, evento que reunió por primera vez a poetas huilliches ( hombres del sur) y chilenos y en el que se realizaron recitales públicos, mesas de conversación y ponencias referidas a poesía de autores huilliches actuales.

 

 El año 2003, la poeta osornina Roxana Miranda Rupailaf consigue el primer lugar en el concurso  de literatura “Luis Oyarzún”. Su libro “Las Tentaciones de Eva” es editado en Puerto Montt ese mismo año. Por otra parte, a fines de diciembre del 2003, Lom Ediciones publica la muestra antológica “Epu mari ülkantufe ta fachantü / 20 poetas mapuche contemporáneos” de Jaime Huenún y Víctor Cifuentes Palacios.

 

 Entre los años 2004 y 2005 se han publicado los libros “Oratorio al Señor de Pukatriwe” de César Millahueique (Mosquito Editores, Santiago), “72 Pájaros” de Lorenzo Aillapán (Editorial Pehuén, Temuco), “Pewma Dungu / Palabras Soñadas” de Leonel Lienlaf (Lom Ediciones, Santiago),  “Mapurbe” de David Añiñir (autoedición) y “Üi” de Adriana Paredes Pinda (Lom Ediciones).

 

 Todas estas publicaciones han contribuido a instalar en un sitio destacado la poesía escrita por los autores indicados, poesía que recupera y transfigura líricamente no sólo aspectos de la memoria, la tradición, la historia y los conflictos  de la sociedad mapuche del siglo XX y XXI sino que  también  los elementos míticos, rituales y cosmovisionarios que sustentan su diferencia y particularidad como pueblo  en un periodo histórico en el que se han acelerado los procesos de aculturación y sincretismo cultural.

 

 En resumen, existen en la actualidad al menos una docena de poetas de origen mapuche con obra individual publicada y otros  tantos autores y autoras con obras inéditas o en desarrollo. Este explosivo fenómeno poético, nuevo en la historia literaria del país, ha permitido el surgimiento de un discurso lírico que se caracteriza  por contener y desarrollar  temas que remiten a un mundo rural descrito algunas veces como el espacio de la memoria primigenia (de los ensueños, las historias y los mitos ancestrales) y en otros momentos como el lugar de la usurpación, el abandono, el dolor y la decadencia territorial y cultural.

 

 Pero desde hace algunos años esta orientación en temas, lenguajes y espacios en los que se instala el discurso poético mapuche empieza a cambiar. Autores como César Millahueique, David Añiñir, Paulo Huirimilla, Bernardo Colipán, Roxana Miranda Rupailaf, Víctor Cifuentes,  Maribel Mora Curriao, Jaime Huenún entre otros y otras, comienzan a situar su poesía en temáticas y ambientes  urbanos -en la Mapurbe, según neologismo acuñado por Añiñir- construyendo textos plenamente instalados en las corrientes poéticas actuales.

 

 Se trata de autores que se apropian de los recursos y técnicas de la poesía universal moderna (epígrafes, intertextualidad, hablantes múltiples y uso de diversos formatos métricos, por ejemplo) para fusionarlos con testimonios biográficos, letras de canciones rock y de rancheras mexicanas,  géneros de la literatura oral mapuche tales como el ül –canto lírico- , epew – relato-, llamekan –canto de mujeres-, y textos en mapudungun.

 

 Estas complejas y tensionadas escrituras, todavía en gestación, aspiran también a reconstruir la identidad mapuche abriéndose paso hacia esos potenciales y diversos lectores de origen mapuche residentes en la ciudad, precisamente porque es en la urbe chilena de comienzos del siglo XXI (donde por lo demás vive más del 60% de la población mapuche del país) el lugar en el que esta literatura se juega  parte importante de su sentido a nivel estético, político y cultural, ya que son las instancias urbanas de producción, recepción, difusión  y crítica literaria los primeros espacios en que los discursos literarios y culturales de escritores y escritoras mapuche negocian su legitimación en los circuitos del poder cultural establecido.

 

Escriptura sobre terra cuita. (Anvers i revers) Mazorriaga 2005

 

Escriptura sobre terra cuita. (Anvers i revers) Mazorriaga 2005

 

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